Una vez allí lo mejor es olvidarse de las grandes compañías de alquiler y con calma contactar con una empresa local. No debemos obsesionarnos con que este preparado o muy equipado a nivel de repuestos, no vamos a estar solos mucho tiempo en caso de avería, los pequeños talleres existen hasta en las poblaciones mas pequeñas y recónditas. Esto mismo nos puede servir para el alojamiento. El auge del turismo rural ha llegado también al continente americano. En Colombia se han acondicionado multitud de lo que allí llaman rancherías, que sin dejar de funcionar como cualquier granja o plantación han preparado parte de sus instalaciones para que el viajero pueda descansar y reponerse.
La vegetación es exuberante en todo el recorrido
Las pistas y caminos se encuentran sencillamente perfectos. Es un paraíso para practicar el 4×4. El motivo de esta bondad es su uso continuo por parte de los que viven en la zona de estas vías de comunicación. Las trialeras con mayor inclinación están en su totalidad cementadas para evitar que se deterioren con el paso de los vehículos cuando las lluvias las embarran. Los vadeos son en algunos casos serios, hasta el punto que existen lo que en Colombia se llama “planchon” artilugio que consiste en una balsa que atada a las dos orillas del río atraviesa, aprovechando la fuerza del mismo cruzándolo de una ribera a otra. Es toda una experiencia.
Importante tener en cuenta que deberemos extremar al máximo nuestras precauciones a la hora de circular fuera del asfalto en la zona. El tráfico es sencillamente excepcional por el número de vehículos que nos podemos encontrar. Partiendo de la base de que la anchura en gran parte de los tramos esta pensada para que pase un solo vehiculo, deberemos ser muy cuidadosos por que pueden aparecer camiones de buen tamaño, carros tirados por animales, remolques… además de todo terrenos sobrecargados de mercancía o de personas, que van colgadas de los laterales y la parte posterior de lo que allí se denominan “jeepaos” nombre que recibe los 4×4 desde que empezaron a entrar en el país americano vehículos de la marca americana a finales de los años cuarenta del siglo pasado. Si hay trafico rodado, el de personas no le va a la zaga. Algunos desplazamientos cortos se realizan a pie y es normal que haya peatones en solitario, en grupo e incluso niños camino del colegio. Los animales también se mueven y diversos seres vivos de todo pelaje, bien pertenecientes a los habitantes de la zona o bien sueltos sin más pueden aparecer en cualquier momento.
Multitud de caminos permiten recorrer el eje cafetero