La unidad, ha recibido mejoras encaminadas al uso real que el vehículo va a tener fuera del asfalto. Pocas pero de última generación, todo muy pensado por su propietario.
EDICION EN PAPEL EN LA REVISTA AUTOAVENTURA 4X4.
El modelo es uno de los 4×4 más vendidos de la historia del sector, y con los años ha vivido una serie de cambios en la carrocería para adecuarlo a los gustos del cliente final, adaptando de paso soluciones mecánicas mas modernas, mejores acabados y equipamientos, haciendo del Land Cruiser actual, todo un salón rodante, manteniendo en buena medida sus capacidades para rodar fuera del asfalto.
TRATAMIENTO ESPECÍFICO.
Su propietario, padre de familia, que gusta de las rutas y viajes, necesitaba un vehículo capaz, de llevar a los suyos con comodidad, en desplazamientos por vías rápidas y con garantías cuando los kilómetros son fuera del asfalto. Una premisa condicionaba también la compra, debería arrastrar sin problemas una caravana de siete metros. Su elección fue la de adquirir una unidad de Toyota Land Cruiser 150 VLX sin suspensión neumática, ya que el costo de esta era superfluo, dado que era un elemento a sustituir en la preparación.
PUNTOS CRITICOS.
Precisamente la suspensión era el punto de mayor preocupación del propietario, ya que sabía que era el elemento mecánico del que iba a depender el éxito de la preparación. En el día a día, podría no ser problema, pero tirando de la caravana, y sobre todo en el monte quería que el vehículo no fallara. Se decidió por un conjunto de amortiguadores King regulables de última generación, con muelles King Spring. El vehículo sube de esta manera 4 centímetros, ganando así algo de altura libre. Los bajos han recibido protecciones integrales en dural, que cubren completamente los elementos mecánicos, y que son desmontables para facilitar los mantenimientos. Las llantas originales han sido sustituidas por unas Braid Winrace T en medida 7,5×17, lo que permite abrir las vías y no tener que recurrir a separadores. Los neumáticos son BF mixtos en medida 245/75/17. En los laterales, unas taloneras garantizan el uso del gato mecánico sin problemas, pero aprovechan la luz que el vehículo de serie trae en los estribos para sustituirlas por dos barras de luces LED que iluminan los bajos en caso de que fuera necesario. Como no podía ser de otra manera para el uso que se va a dar al vehículo, en la parte trasera va alojado el sistema de remolque de bola desmontable. Para mejorar la altura de vadeo, se ha instalado toma elevada, para salvaguardar los faros, se han instalado protectores y para colocar las emisoras, sus soportes correspondientes. Por último de la mano de Pegatinas 4×4 se ha llevado a cabo una rotulación integral del vehículo. La electrónica ha sido modificada en varios aspectos, al ser un apartado que preocupa especialmente al propietario. Lleva una segunda batería de gel que complementa a la de origen, con un solenoide T-Max con display analógico que va integrado en una consola artesanal, que lleva también el soporte de la emisora y tres tomas eléctricas que van a la segunda batería. Una es para el conversor de 220 y las otras para accesorios. Los conectores negativos de las mismas, se han sustituido por unos de desconexión rápida y los positivos por unos que incluyen fusible. Todas las luces interiores se han sustituido por led y en la baca interior se ha añadido una. En el maletero el coche trae de serie una toma de 220 y yo le he añadido una de 12V que va a la segunda batería para la nevera. Complementariamente en la parte de carga va instalada una baca interior artesanal donde colocar material de acampada, y objetos frágiles.
MEJORAS PALPABLES.
Lo primero que llama la atención del vehículo es lógicamente la decoración exterior que cubre longitudinalmente ambos laterales. Pocos coches se ven así, normalmente las grandes rotulaciones de los 4×4 de calle se basan en logotipos de los clubes a los que pertenecen, En este caso representa una escena de sabana con varios elefantes, animal que nunca ha dejado de estar de moda. La idea es simpática y original y da al coche un toque absolutamente diferente. Las llantas de aleación con sus neumáticos mixtos y la toma elevada son otros de los detalles “externos” que diferencian a este Toyota de uno de estricta serie. La zona de carga gana con la baca, y permite una mejor colocación de lo que se transporte. Las soluciones electrónicas están muy pensadas, y son fruto de la experiencia de muchos años y muchos kilómetros. Las protecciones de bajos, impecables, con la calidad habitual de ARC, calidad que también queda patente en la sustitución de la amortiguación de origen por la de botella separada.
Estos últimos accesorios están en la posición más protegida posible. El coche lo probamos sin carga ninguna y con poco combustible, y muestra un buen comportamiento general. La suspensión va bien con buen piso, pero mantiene también su eficacia cuando el terreno empeora, y permite abordar zonas trialeras sin problemas. Nos hubiera gustado probar el coche cargado hasta los topes, por comprobar si el buen andar se mantiene. Su dueño nos lo certifica. Desde luego las mejoras sin ser muy numerosas están muy pensadas, sobre puntos críticos a la hora de ganar en prestaciones, tanto dentro como fuera del asfalto.
PROPIETARIO DE IDEAS CLARAS.
Javier Ramos, es un miembro activo de la AUTT en Castila y León, y usa el vehículo a diario. Cuando va a hacer uso fuera asfalto, tiene aparte de las rutas de fin de semana y los viajes a Marruecos un uso particular ya comentado. Arrastrar una caravana de siete metros. Desplazamiento por vías rápidas de varios cientos e incluso miles de kilómetros hasta un punto base, desde donde se mueven con el vehículo de forma individual. “Todo lo que he hecho ha sido a conciencia”, nos comenta. “Me gusta el coche por ser espacioso y funcionar bien en cualquier circunstancia, cada viaje que realizo estoy más convencido” continua. “Mueve la caravana con solvencia aunque vayamos con el coche cargado hasta los topes” concluye.