Es la tercera vez que probamos un Rexton en Marruecos. La primera ocasión, fue siguiendo el Dakar 2007, a plena satisfacción pese a que íbamos muy cargados y a veces con prisas y la segunda cubriendo el Trofeo Sin Fronteras Challenge de 2013, siendo el vehículo de prensa con el que más kilómetros fuera del asfalto hemos hecho en el país alauí sin mayores problemas. Esta vez ha sido durante el desarrollo del Rally Clásicos del Atlas recién celebrado. Pasamos a detallar la experiencia.
Se trata de la cuarta generación del modelo, pero es desde luego la de cambio estético más radical. El vehículo nos llamaba la atención, no en vano en un mundo plagado de SUV, justos en cuanto a robustez y capacidades todo terreno, SsangYong mantiene en el mercado un modelo con chasis macizo y reductora. En este caso, han apostado además por el generoso tamaño incluyendo hasta siete asientos. Recogemos el Rexton con 5831 kilómetros y nos disponemos a conocerlo.
Estas primeras unidades se han entregado sin rueda de repuesto con juego de reparación de neumáticos, pero las siguientes con una modificación en el chasis, tendrán quinta rueda, algo imprescindible para un vehículo con posibilidades de rodar fuera del asfalto. La inclusión de rueda de repuesto ha sido iniciativa de la filial española de la marca, que también va a llevar a cabo un cubrecarter y posteriormente protecciones integrales de los bajos para quien lo desee. Gentilmente desde el departamento de prensa de la marca, se nos incluye una rueda completa y material para sustituirla en caso de pinchazo. Afortunadamente no hizo falta.
El coche impresiona por tamaño y línea es realmente grande y tiene a simple vista buena altura libre para sus dimensiones además de ángulos característicos generosos para la carrocería que tiene como líneas dominantes unos pasos de rueda prominentes y un frontal agresivo como consecuencia de las diversas rejillas de ventilación. El acero de alta resistencia se ha utilizado con profusión y ha pasado por el túnel del viento de Pininfarina para pulir su aerodinámica.
Sus dimensiones exteriores 4850 x 1960 x 1825 hablan a las claras de su tamaño. Ha crecido en longitud, y anchura, siendo unos milímetros más bajo. No obstante la altura mínima oscila entre los 20,5 y 22,3 centímetros, cifras dignas para un vehículo de este tamaño. La batalla ha crecido, lo que empeora algo el ángulo ventral, y el ancho de vías ha hecho lo propio para ganar en estabilidad. Los ángulos característicos quedan en 20,5º, 22º y 20 º respectivamente en cuanto de ataque, ventral y de salida.
El espacio a bordo es amplio para todos los ocupantes. Los asientos delanteros que resultaron cómodos aunque se hicieran muchos kilómetros, habiendo podido comprobar tanto el sistema de calefacción como de aireación de los mismos ya que las diferencias de temperatura oscilaron desde los más de treinta grados hasta casi llegar a cero. Son realmente de tacto agradable y con reglaje eléctrico. El volante, también calefactado tiene generosa regulación en altura y profundidad y un grosor y tacto agradables. Esto es común a todo el habitáculo, un verdadero ejercicio de calidad por parte de la marca. Buenos ajustes, insonorización efectiva y ambiente confortable en cualquier circunstancia.
Todos los mandos están a mano y son intuitivos en su manejo, además la posibilidad de sucesión de pantallas en el cuadro de mandos, permite controlar diversos parámetros del vehículo con facilidad, agradeciéndose en los recorridos con rutometro el buen tamaño de los dígitos en los kilometrajes parciales. Dos tomas de mechero y una de USB permiten alimentar navegadores, GPS o tablets suplementarios. Es desde luego para el conductor y acompañante un salón rodante.
En la segunda fila de asientos mas de los mismo. Dos adultos de buen tamaño viajaran bien y si son tres podrán sobrevivir. Los asientos son calefactables y se dispone tanto de climatización específica cómo sus propias salidas de aire disponiendo en la consola central aparte de una de USB de una práctica toma de 220 voltios que alimenta aparatos de hasta 200 vatios de consumo. La tercera fila, no solo está pensada para niños, dos adultos pueden hacer recorridos cortos sin acabar “retorcidos”. También dispone de su propia climatización con salidas de aire propias y toma de mechero.
Con las siete plazas disponibles, el maletero queda algo justo pero con mínima capacidad, con un doble fondo con dos posibilidades de altura consiguiendo 214 litros. Con la tercera fila abatida, es más que suficiente para cinco viajeros llegando a los 820. Si abatimos la segunda roza los 2000, cifra que se supera si lo hacemos “furgoneta”.
EN MARCHA.
Tras situarnos en el puesto de conducción, lo primero que hay que hacer es mentalizarse del tamaño del vehículo que estamos moviendo y…disfrutar. Por que verdaderamente este coche es una delicia en cualquier circunstancia. En Ssangyong han dado un salto cualitativo y pueden presumir de tener un vehículo con buena material en los acabados y lo que es mejor que trasmite calidad en sus componentes. En tráfico urbano si no olvidamos nuestro tamaño rodaremos sin problemas, las ayudas en las maniobras con sensores de proximidad y cámara trasera nos ayudaran en la maniobras más delicadas.
Alcanzamos una vía rápida y el coche mantiene el tipo. Su motor denominado D22 DTR proporciona 181 caballos, parece perezoso, (tiene que mover más de dos toneladas) pero suficiente tanto si viajamos solos o como lo hicimos durante toda la prueba con dos ocupantes y mucha carga. El uso del cambio en modo manual se nos antojo poco cómodo de usar, en alguna que otra carretera de montaña y poco más. Su uso que depende de pulsar un conmutador en la propia palanca al no tener levas en el volante hace que de pereza utilizarlo, pero en el fondo, con este coche con el cambio automático tendremos un viaje más que placentero.
Los tarados de suspensión son correctos y tan solo en frenadas apuradas el morro nos dio sensación de bajar en demasía. Es un verdadero devorador de kilómetros y cualquier viaje se hace sin sentir. El sistema SASS de seguridad completa un trayecto con garantías, entre otros dispositivos incorpora el aviso de cambio de carril el de colisión frontal y el lector de señales de tráfico. El odómetro nos dio un error por exceso del 9%.
TODO TERRENO.
Salimos del asfalto, y la verdad es que el coche parece seguir por firme plano. Nuestras dudas en la suspensión en asfalto que nos lo presumían reboton, desaparecen. En pista buena, el coche es noble como en el asfalto. Y si el terreno se rompe, tan solo los baches mas acusados hacen que el Rexton se queje, quizás más en el tren trasero. Llegados a tramos más complicados, insertamos la reductora y el coche se muestra imparable.
En bajadas pronunciadas, el control de descenso se muestra también un complemento ideal, pero lo mejor llega si en el cambio activamos el modo “invierno”, que manteniendo la tracción total y la reductora adecua la tracción al estado del terreno. Esto nos animó a abordar pasos más complicados y ríos y lenguas de arena sin problemas. Cuando la cosa se complica, el coche parece en el umbral del atasco reduciendo la velocidad, pero en el último momento el sistema se pone en marcha y seguirnos avanzando sin problemas. Sería deseable un mayor recorrido de suspensión, pero se trata de un chasis largo con el cometido de ser eficaz en todo momento y algo habrá que sacrificar y de paso unos neumáticos no tan de asfalto, lo que nos haría ganar en tracción.
La profundidad de vadeo anunciada por el fabricante es de 30 cm, pero viendo la altura de las tomas de admisión nos parece que es un dato exagerado para que el cliente final se anime lo justo. Los neumáticos que llevaba nuestra unidad 255-60 R18 corresponden a la monta del acabado Limited con un dibujo totalmente de asfalto. Cabe la posibilidad de tenerlos en medida 235-70 R 17 con más balón y más oferta para elegir, sobre todo en dibujo mixto pero ese neumático corresponde al acabado inmediatamente inferior denominado Premium. Si pretendemos salir ocasionalmente al monte, sacrificar equipamiento por ir mejor calzado no estaría de más.
Devolvemos el vehículo con 9721 kilómetros, 3890 más que con los que le recogimos, siendo fuera del asfalto el 10% con la satisfacción de que en SangYong no solo mantienen versiones 4×4 en toda la gama sino que en el modelo bandera, mantienen la reductora y ayudas a la conducción fuera del asfalto. El tema del consumo alcanzó una media de 8,4 litros, cifra alrededor de un litro por encima de lo anunciado por el fabricante, pero muy contenida teniendo en cuenta que no rodamos pensando en el consumo en ningún momento. Este Rexton dejaría en evidencia a modelos de mucha más enjundia y pretensiones.
En lo económico la horquilla de precios va de los 27500 euros de las versiones básicas con tracción a un eje a los 46900 de los siete plazas tracción total mas equipados. La relación calidad/precio/prestaciones, es inmejorable y una familia tendrá resueltos sus problemas de transporte en el día a día, en todos los viajes y en la ruta más atrevida.