El marchamo de la marca es la deportividad y en este Tavascan no podía ser menos. Se trata de un SUV de capacidad familiar pero con toques muy específicos y estéticos, enteramente sacados de la competición. Forma parte del nuevo lenguaje de la marca que se verá también en futuros modelos de Cupra que llegaran al mercado.
Exteriormente, aparte del tono gris satinado de de la carrocería, ya es una declaración de intenciones, reforzada por los detalles en tono cobre. Destaca por su bien trabajada aerodinámica con un coeficiente de 0,26. El paragolpes delantero, el capo y sobre todo el logo de Cupra que se ilumina marcan desde luego las diferencias.
El lateral mantiene su porte ágil y con ganas de correr. Línea depurada destacando los pasos de rueda y toda la parte baja en negro y las bonitas llantas de 21 pulgadas que reciben también detalles en tono cobre.
La parte trasera, también es de nuevo cuño con las ópticas unidas en horizontal y detalles que se iluminan para dar un toque aun más futurista.
El interior, es desde luego diferente a todo lo que se encuentra en el mercado en su segmento. Lo más llamativo es la denominada por el fabricante “espina dorsal” un suplemento que va de la consola central al salpicadero. Peculiar forma que no se ve en otros coches. La imitación a la fibra de carbono esta por todos lados junto con los detalles en tono cobre marca de la casa. La pantalla de 15 pulgadas está bien encajada en el conjunto y todo queda muy a mano.
Los asientos delanteros de marcado carácter deportivo aparte de ser eficaces a la hora de sujetar el cuerpo, son muy bonitos y diferentes a lo habitual con el reposacabezas integrado.
Los traseros son más sencillos de concepto paro albergan a dos adultos de forma holgada e incluso a tres si no son muy voluminosos. Hay espacio de sobra para las piernas.
El maletero cubica en su posición normal 540 litros, contamos con un doble fondo que aloja el kit anti pinchazos y una práctica trampilla entre el respaldo de los asientos traseros que permite alojar, tablas de esquí, o palos de golf si llega a ser necesario.
Para moverse, el Tavascan VZ monta dos propulsores, el habitual del tren trasero de 286 caballos que montan las versiones de tracción trasera, complementado con uno de 109, que hace lo propio con el delantero. Es un sistema denominado Dual Motor, que promete buenas sensaciones con un eje trasero que siempre estará empujando. Se anuncian 521 kilómetros de autonomía, cifra que si apretamos al vehículo, se reducir considerablemente.
En marcha se siete uno a bordo de un deportivo con ganas de correr, su cifra para alcanzar los cien kilómetros por hora, supera por poco los cinco segundos por lo que se le disfruta desde el primer momento.
Tarados de suspensión firmes y una dirección asistida progresiva transmiten aun más confianza a la hora de rodar con él. Si desde Cupra querían tener una bomba eléctrica para nuestras carreteras, lo han conseguido. Solo se echa en falta el sonido de un motor convencional quien para estas prestaciones debería tener un sonido más que notable.
El Tavascan VZ tiene un precio sin descuentos que supera los 52000 euros. De acuerdo que se pueden encontrar SUV familiares 100% eléctricos de menor precio, pero no nos darán estas sensaciones, que además se pueden vivir todos los días.
En el monte, con buen piso.
Esta versión equipada con dos motores garantiza un buen comportamiento en superficies deslizantes, y en las que no lo son, por que por prestaciones es una autentica bomba que anuncia el sobre viraje si la apretamos. Contamos en los modos de conducción con un modo “Tracción” que optimiza el comportamiento fuera del asfalto.
Por ángulos característicos neumáticos y altura libre no deberíamos animarnos a meternos en caminos rotos, pero en pistas de buen piso es una delicia. Las sensaciones son impecables y adictivas. Si abordamos una pendiente o zona complicada, la electrónica se convierte en un perfecto aliado ya que abordamos pendientes que de no funcionar el sistema serian inabordables.