Estamos ante uno de los modelos con precio más ajustado del mercado a la hora de adquirir un SUV. Pero vayamos por partes. DFSK no es nuevo para nosotros, ya tuvimos ocasión de mostrar aquí los modelos F5 y Series 3 de la marca. Ahora llega el 500, una apuesta atractiva, práctica y muy pensada para nuestro continente.
Exteriormente resulta coqueto y bien resuelto con un diseño afilado y con el pilar trasero escamoteado lo que da la sensación de tener el techo flotante. Aparte de los pasos de rueda marcados y los detalles imitando a metal de la parte baja de los paragolpes destaca una línea roja que rodea el vehículo lo que le da un toque deportivo.
Frontal con una generosa toma de aire y faros rasgados, con un resultado optimo que gusta a buen seguro a buena parte de su competencia.
La parte trasera, también esta bien concebida con un discreto spoiler y líneas en los faros en las que tambien destaca la horizontalidad.
El interior es correcto, con buenos materiales y muchos mandos por interruptor, algo que se sigue agradeciendo.
Las plazas traseras, tienen capacidad de sobra para dos y el tercero sufrirá menos al no tener túnel central.
El maletero, tiene un doble fondo donde en vez de alojarse la rueda de repuesto, se instala el depósito del GLP. Con los asientos en su posición original cubica 318 litros.
El motor es un 1.5 de cuatro cilindros que alcanza los 106 caballos de potencia. El consumo supera por poco los ocho litros cada 100 kilómetros.
En tráfico urbano seremos uno más, eso sí con etiqueta ECO gracias al sistema GLP, las dimensiones son contenidas y aun que el diámetro de giro sea un poco escaso no tendremos problema para callejear. Buna accesibilidad y tan practico que algunos de mayores pretensiones.
En carretera, lo mejor es que con el depósito de combustible convencional y el de GLP lleno, nuestra autonomía supera los 1000 kilómetros sin preocupación. El motor es el que es y las prestaciones no son de competición pero permite rodar sin problemas, aunque el cambio CVT, hace parecer aun más perezoso a este DFSK. Si aceleramos con ganas el rumor del propulsor de hace notar.
Lo más destacado, poder hacer kilómetros a buen ritmo, con buena autonomía y con poco desembolso, ya que el precio de salida del 500 se queda en 18495 euros. Cifra contenida para el tipo de vehículo y el equipamiento que atesora. Además esta poco visto lo que es un toque de distinción.
En el monte, solo asomarse.
Pese a que los neumáticos tienen buen balón y contar con cierta altura libre, e incluso control de descensos, el 500 está pensado para el asfalto.
La tracción a un solo eje, la ausencia de rueda de repuesto y las mínimas protecciones de bajos, no permiten animarse nada más que por pistas en buen estado.