Lo tiene. Llegó a nuestro mercado como la nueva apuesta de la marca para cosechar buenas cifras de ventas en nuestro continente dentro del competido segmento B. Lo más destacado es su diferencia en cuanto a diseño respecto de sus rivales. Es un Jeep y se tiene que notar. Lo mejor, la versión 4×4 en el horizonte.
Destaca su parrilla con las siete ranuras emblema de la marca y formas más cuadradas de lo habitual con un capó elevado. Protección integral alrededor de la parte baja y detalles de logos de la marca por doquier.
Las ópticas delanteras están hundidas respecto de la carrocería lo que también es un plus de resguardo. Las traseras son más convencionales y disfruta de un discreto spoiler. Las manecillas de las puertas de los pasajeros quedan camufladas en el marco de la ventanilla marcando un aire deportivo.
Se comercializa en siete colores con posibilidad de personalización al poder disponer de acabados bitono. Las llantas específicas se pueden adquirir de entre 16 y 18 pulgadas de diámetro.
Si el exterior resulta rompedor, el interior no le va a la zaga. Parte del salpicadero e incluso los asientos mantienen el color exterior, Los acabados, son más que correctos y el tacto agradable agradeciéndose la buena cantidad de huecos para guardar objetos.
Las plazas traseras, están bien para dos ocupantes, sufriendo algo más un quinto pasajero que tendrá menos especio para las piernas por que la consola central ocupa lo suyo.
El maletero pierde espacio respecto al de gasolina simple (355 litros respecto 380), pero aumenta hasta los 1250 con la segunda fila de asientos abatida.
El motor cuenta con 102 caballos, cifra que puede resultar escasa en principio pero que mueve el más pequeño de los Jeep de forma ágil. También hay que decir que hicimos la prueba con dos pasajeros y sin equipaje.
A bordo disfrutaremos de una buena posición de conducción, con una pantalla informativa de 10 pulgadas y otra en el centro del vehículo de 25. El sistema de elección de marcha esta en la consola central, en un interruptor lineal. Curioso pero fácil de activar, así como muchos de los conmutadores que huyen del sistema digital.
En marcha, tenemos de un comportamiento agradable y silencioso, de hecho lo más significativo es el sonido de los intermitentes que no solo suenan más de lo normal en el habitáculo, sino que recuerdan a una base de batería electrónica. La suspensión es cómoda, quizá se echa de menos más firmeza en carreteras viradas, pero fuera del asfalto el comportamiento es muy bueno. Es desde luego un Jeep a tener en cuenta sobre todo cuando llegue la versión con tracción total.
Tenemos varios acabados a la hora de adquirir un Avenger, con un precio de salida de 24500 euros. Si optamos por la más sofisticada deberemos desembolsar 37500. Es el Jeep de menos tamaño de los que se ponen en el mercado, pero está bien concebido y se posiciona perfectamente en la actual coyuntura de dudas razonables a la hora de comprar un vehículo nuevo.
Desde luego seremos diferentes a lo que se ve normalmente, con el acabado hibrido, tendremos la etiqueta ECO y lo que es mejor entraremos a forma parte de una marca legendaria en lo que a todo terreno se refiere.
En el monte. Lo mejor está por llegar.
Esperamos la versión hibrida y lo que es mejor una con tracción total, que con el peso contenido del modelo los buenos ángulos característicos y la buena altura libre puede ser una opción para poder rodar con garantías fuera del asfalto.
De momento, las pistas y los caminos en buen estado serán su escenario, aprovechando de paso su sistema de tracción que se modifica a voluntad si el terreno se complica, aunque solo tengamos tracción delantera.
Contamos también con control de descensos, una altura libre de 20 centímetros, y los bajos con una mínima protección.