1.200 KILOMETROS CON EL SUV DEL LEON.
El modelo es una buena opción, por comportamiento general y por tener más aptitudes fuera del asfalto de las que en principio podrían pensarse. Nos gusto el 4.008.
La ocasión merecía la pena. Cubrir una prueba como la Rainforest, supone que hay que hacer cerca de quinientos kilómetros de carretera y una vez en la región del Alto Douro, llegar a lugares recónditos, que es donde se llevan a cabo las especiales. Todo tipo de vías asfaltadas, y diversidad de pistas y caminos se pueden llevar a cabo en la zona, pero Murça además permite en unos pocos kilómetros cuadrados probar el vehículo verdaderamente bien. Hay que recordar que la localidad portuguesa alberga pruebas automovilísticas en ruta de todo tipo, pero dispone de un tramo que se utiliza para una prueba de montaña del nacional de aquel país y dispone de circuito permanente de autocrooss. Mejores escenarios imposibles.
Comenzamos la prueba constatando que la imagen del vehículo es muy atractiva, en colores mates, más vivos que el gris metalizado de esta unidad será aun mejor su imagen. El puesto de conducción es cómodo con un asiento que pese a que no envuelve mucho, no incomoda con el paso de los kilómetros. El espacio de carga es bueno y nos encontramos con una agradable sorpresa, bajo la tapa inferior del maletero ¡HAY RUEDA DE REPUESTO DE VERDAD!, algo que en otras marcas es como poco, opción. Sigue pareciéndonos un detalle rácano el hecho de que un segmento de vehículos, que no son precisamente baratos y a los que se les supone utilización fuera de asfalto tengan la rueda de repuesto como una utopía.
Llevamos a cabo el viaje con algo de recorrido urbano para dirigirnos a Portugal por vía rápida siempre a velocidades no multables, con dos personas a bordo y bastante equipaje, haciendo utilización del control de crucero y la sexta marcha todo lo posible. Constatamos en primer lugar un mínimo error por exceso en el velocímetro, alrededor del 2%, y que viajar con el 4008 es agradable y sin cansancio, buena visibilidad y conducción relajada. Paramos a repostar en la localidad zamorana de Alcañices. Teniendo en cuenta que salimos con el tanque lleno, es hora de comprobar llenando de nuevo el depósito nuestro consumo queda en 8,51 litros. La cifra queda sin duda penalizada por los kilómetros llevados a cabo en Madrid casco urbano.
En Portugal algo aun de vía rápida, para entrar a circular en tortuosas carreras regionales de forma continua. Nos permitimos dos lujos, por un lado dar varias vueltas al circuito de autocross, algo que nos permite exprimir el Peugeot, el piso es excelente y si somos progresivos con el 4×4 conectado, el coche se muestra ágil y eficaz. Solo si forzamos la situación, el coche se queja y el cuadro de instrumentos entra en ebullición. No obstante cumple con lo previsto, no hay que olvidar que llevamos ruedas de asfalto. De nuevo en la carretera, un lujo mas, en su posición 4×2 llevamos a cabo la subida de Murça y comprobamos las bondades del conjunto, que permite buen paso por curva y un andar alegre. En zonas trialeras, sorpresa positiva, llegamos a todos los rincones, teniendo en cuenta siempre nuestra escasa altura libre y el neumático que calzamos. Los primeros días encontramos el terreno seco y polvoriento, pero tras horas de serias tormentas, los caminos embarrados no fueron problema. Hay que resaltar que en Portugal, las pistas se usan y se conservan en buen estado. De regreso a España volvemos a parar en Alcañices, para repetir la operación de llenado de depósito y comprobamos que el consumo ha bajado algo, quedándose en 8,49. Dada la conducción llevada a cabo con el segundo deposito, nos atrevemos a pensar, que el primer llenado quedo penalizado por la conducción en ciudad que a buen seguro disparo el consumo.