Los Suzuki han sido históricamente una inmejorable base para iniciarse en la práctica del 4×4, para preparaciones e incluso para competición. Poco a poco parecen desaparecer de los caminos. ¿Del todo? No. Este es toda una tentación, y esta recién acabado.
EDICION EN PAPEL EN LA REVVISTA AUTOAVENTURA 4X4.
El modelo es una referencia para muchos aficionados, por mantener el concepto más puro de los vehículos con capacidad para rodar fuera del asfalto: chasis macizo, ejes rígidos, caja de cambios con reductora… Llego a nuestro país cuando acababa el siglo pasado como vehículo de importación de la gama de la marca a los concesionarios oficiales, en carrocería enteramente metálica motor de gasolina de 1.600 c.c. y cuatro colores a elegir. Rápidamente caló en el mercado como sustituto natural del ya veterano Samurái, teniendo una amplia horquilla de clientes, desde madres que se creían a salvo en un todo terreno al recoger a sus querubines del colegio, hasta el aficionado más radical, que veía en el Jimny un inmejorable modelo para mejorar, por economía y facilidad de mantenimiento. Posteriormente llegaron las cajas de techo desmontable de fibra y de lona, que complementaban la metálica, pero ya montadas en la factoría de la marca en Linares, con mas colores a elegir. El éxito de ventas y la calidad del vehículo, animaron a la filial española de la marca japonesa a montar durante cinco temporadas una copa mono marca, que tuvo cerca de una treintena de participantes y que alcanzó extraordinarios resultados deportivos y permitió iniciarse a unos y mantener la carrera deportiva a otros, con costos relativamente contenidos. En una vuelta de tuerca del fabricante, se comenzó a montar con motor diesel de última generación de origen Renault, renovando colores tanto de carrocería como de techos. En sus últimos años de comercialización perdió la reductora de palanca, siendo desde entonces de botón, y se dejo de fabricar en Linares, volviendo a ser de nuevo de importación japonesa. En nuestros días se van viendo menos, ya que el mercado busca 4×4 de mayor tamaño y habitabilidad, pero sigue siendo un modelo perfecto para iniciarse y como en el caso del que ilustra estas páginas para preparar. La mayoría de los que ruedan por nuestras carreteras, lo hacen por el noroeste peninsular, donde las pistas y caminos son estrechos y ratoneros y por supuesto en Jaén y provincias limítrofes donde siguen siendo utilizados para moverse por los “carriles” de la zona. UNIDAD PECULIAR. Este modelo de Jimny es el más visto, el de techo desmontable de fibra. A nivel estructural el arco antivuelco, esta llevado a cabo de forma impecable. Perfectamente adaptado al interior de la carrocería, y lo que es mejor, permitiendo la misma habitabilidad que de origen para los cuatro ocupantes para los que está concebido el Jimny. Otro factor importante a tener en cuenta, es que pese al arco, el vehículo puede seguir convirtiéndose en descapotable de manera sencilla sobre todo en la parte delantera ya que se pueden accionar las pestañas existentes a tal efecto sin dificultad. Otra modificación importante, en la parte delantera es la sustitución del paragolpes por otro específico, pensado para que diversos accesorios, útiles fuera del asfalto, permitan quedar perfectamente adaptados. En este caso se ha llevado a cabo de forma artesanal, mejorando el angulo de ataque, colocando faros suplementarios y “escondiendo” un práctico cabestrante Come Up 8000 con cable de plasma. Para poder trabajar con él, se han llevado a cabo en el paragolpes los orificios a medida que permiten utilizarlo manera cómoda. Siguiendo con las reformas estructurales, los trenes rodantes, han sido reforzados, así como sus soportes, recibiendo una capa de pintura resistente a los agentes externos. Se ha montado un sistema de suspensión Trail Master y un kit de elevación que aumenta la altura del conjunto en siete centímetros. Para acabar de ganar en eficacia en el tema de las suspensiones se ha confeccionado a medida un limitador de extensión por rueda. La anchura de ejes se ha ampliado en seis centímetros, adoptando unos separadores Hoffman. Las llantas de origen, de bonito diseño habrían quedado bien en su color metálico original, pero se han pintado en un negro satinado, que además de quedar bien, están perfectamente realizadas, montando neumático de taco Taloneras laterales dobles, completan el tema de refuerzos. Mecánicamente, se ha modificado lo justo, manteniendo el propulsor de serie, adoptando toma de aire elevada, y un kit Calmini, que reduce un 20% las relaciones de trasmisión. Ni que decir tiene que todas las mejoras han sido homologadas y legalizadas, con la I.T.V. en perfecto estado de revista. EL PREPARADOR, SE EXPLICA. “En A.R.C. podemos dar la impresión de que en 4×4 nos movemos siempre con coches grandes, pero nada más lejos de la realidad. En nuestro continuo asesoramiento cara al cliente final, nos encontramos con unas necesidades de caminos estrechos y zonas abruptas, impracticables para un 4×4 de gran tamaño, por lo que hubo que decidirse por un vehículo pequeño y el Jimny es perfecto, ya que aúna una mecánica conocida y probada, con un nivel de vida abordo bueno y moderno. Hemos llevado a cabo las mejoras justas muy de la mano de las necesidades del propietario que quería poderse mover por el monte con garantías, además de no perder habitabilidad y poder dar al coche un uso intensivo en el día a día como si fuera el más común de los utilitarios”. EFECTIVO Y DIVERTIDO. Este Suzuki, llama la atención a simple vista. El color en primer término, y los pequeños detalles exteriores, le hacen muy atractivo. Las modificaciones, perfectas, hacen parecer que viene directamente del concesionario. Todo está perfectamente rematado y acabado. El paragolpes delantero es todo un acierto, ya que cabestrante, luces suplementarias y protecciones están perfectamente integrados. El cambio de color de las llantas esta llevado a cabo de forma impecable. Las taloneras dobles pueden parecer excesivas, pero estéticamente son irrefutables. La última vez que me subí a un Jimny fue para correr una Montes de Cuenca allá por… Ya no me acordaba de la escasez de espacio que tenía el modelo. Aun así me sigue resultando agradable y “rejuvenecedor”. Estamos probándolo en un día lluvioso y gris por lo que en asfalto hay que ser cuidadosos con la corta batalla y la tracción trasera como sistema de propulsión y los neumáticos de tacos. Llegados a un camino, nos vemos ante unas condiciones inmejorables para rodar. Una pista amplia pero destrozada, con mayoría de charcos de mas que generoso tamaño se abría ante nuestros ojos. Insertamos la tracción total tras pulsar el botón al efecto, (lo único que no nos gusto del coche, preferimos las unidades antiguas que se accionaban con palanca, ahora difíciles de encontrar) y… a disfrutar. El escaso peso y el buen neumático permiten moverse con agilidad, cuando el piso es duro y plano, acelerando y recuperando con facilidad. Cuando el terreno se ondula se puede mantener el ritmo, teniendo en cuenta la corta batalla de la que disponemos.
Llegados a un enorme barrizal, el Jimny vuelve a presumir de ser competitivo, ya que el escaso peso facilita mucho las cosas, además de contar con unos neumáticos no mixtos, sino de tacos. En trazados virados y estrechos, sin problemas, buen paso por curva y diversión asegurada. Las zonas rotas, tampoco son un problema, ya que se pasa cómodo y la suspensión estira correctamente. Hechos unos cuantos kilómetros en un sentido, toca volver, y lo hacemos con conocimiento de causa, buscando mas los limites, y el coche, mejora. Con las cortas puestas, avanzar en zonas delicadas por barro y agua, es sencillo de verdad, jugando con tercera-cuarta, se puede llevar un ritmo alto y hacer kilómetros sin angustias. Muy de agradecer los limitadores de extensión, que evitan rebotes y mejoran la efectividad de la suspensión. Los neumáticos, impecables, en todos los terrenos, aunque habrá que extremar precauciones en el asfalto mojado. ¿Asfalto? Quien lo quiere con un juguete así.