En los tiempos que corren, en los que las nuevas motorizaciones hibridas, enchufables, eléctricas y demás parecen ser la línea a seguir, Volkswagen mantiene la posibilidad de adquirir en su catalogo uno de sus modelos de más éxito, no solo con tracción total algo que va desapareciendo sino también con motorización diez él. Hay que celebrarlo. Exteriormente, los cambios son sutiles pero para mejor. Es más de diez centímetros más largo que su predecesor, pero parece que también ha crecido a lo ancho y a lo alto.
El frontal en este acabado el R, va pintado en buena parte en negro, lo que aumenta su agresividad y cuenta con ópticas de LED de nuevo cuño. El lateral parece más fluido y se mantienen los aletines en los pasos de rueda, algo intrínseco al segmento. El logo R ratifica la versión que estamos utilizando.
La trasera cuenta también con ópticas actualizadas IQ (los logos bien visibles lo refrendan). Discreto spoiler trasero y también parte de la carrocería en la parte baja en negro como recordando a un extractor aerodinámico. Las bonitas llantas son de 20 pulgadas marcando el carácter deportivo del acabado. Van para casi dos décadas en el mercado y esta tercera generación gana en atractivo y en percepción de haber crecido en tamaño.
El interior, rebosa la calidad habitual de la marca. Los asientos son impecables en postura y sujeción y cuenta con un salpicadero muy vertical y profundo, lo que da mayor sensación de amplitud. La pantalla tras el volante es de 10, 25 pulgadas y es clara y fácil de utilizar. La central, es de 15 y se agradece la considerable altura a la que está colocada, facilitando su uso. Hay bastantes conmutadores mecánicos para según qué acción algo a agradecer, huyendo del todo digital.
Los asientos traseros (capaces de sobra para dos ocupantes y algo más justos para tres), y el maletero tienen varias posibilidades de configuración ya que la banqueta se puede desplazar longitudinalmente 16 centímetros, lo que permite con las dos filas de asientos utilizar entre los 530 y los 652 litros de cubicaje. La rueda de repuesto es de galleta y opcional en el momento de la compra. Con los traseros abatidos alcanzaremos los 1650 de capacidad.
Contamos con un propulsor diesel que rinde 193 caballos en combinación con un cambio DSG de siete velocidades y tracción 4Motion. En marcha tendremos siempre sensación de calidad, rendimiento y buen comportamiento en cualquier circunstancia.
En marcha es una delicia en todo tipo de vía. Manejable en ciudad, eficaz en tramos virados y de montaña y confortable en desplazamientos largos. Además contaremos con un completo equipamiento. Eso sí, hay que desembolsar mas de 57000 euros para hacerse con uno. El precio de la calidad el confort y el buen día a día clásicos de la marca.
En el monte, mejor que muchos.
Entre los modos de conducción, tenemos uno para circular fuera de asfalto que optimiza la tracción total y nos permitirá rodar con garantías en superficies deslizantes. No es un todo terreno pero con cautela nos podremos mover por pistas y caminos no muy rotos.
Lejos quedaron los tiempos de las versiones de paragolpes recortados y demás ayudas para superar terrenos abruptos, pero por lo menos se ofrece mucho más que modelos de la competencia, limitados por la tracción a un solo eje.