Se trata del escalón de acceso de la marca a su gama SUV, y si bien no existe ni como opción la posibilidad de adquirirlo con tracción total, puede desenvolverse fuera del asfalto mejor que un turismo convencional.
Se trata de la versión más potente, un TSi de 150 caballos de gasolina que ofrece garantías de mover el conjunto sin que se dispare el consumo.
Exteriormente, la imagen está en la línea de sus hermanos mayores, con líneas horizontales y un capó elevado, que transmiten robustez.
Pasos de rueda marcados y formas en ambos paragolpes asemejándose a protecciones metálicas y las barras de techo remarcan el aspecto de “duro”.
La parte trasera, es atractiva con un discreto alerón y las consabidas imitaciones a las protecciones metálicas.
A bordo, pese a la abundancia del plástico, los materiales son muy correctos y tanto la posición de conducción como los interruptores son agradables.
En los asientos traseros, espacio de sobra para dos y justo para tres, destacando que la bandeja se puede desplazar según las necesidades del usuario.
Esta circunstancia beneficia al tamaño del maletero que oscila entre los 385 y los 455 litros según la posición de la banqueta y el doble fondo.
Bajo el piso del mismo encontramos hueco de sobra para la rueda de repuesto que no montaba nuestra unidad de pruebas, conformándose conllevar el gato y el kit anti pinchazos.
En marcha, buena compañía.
Y es que este T-Cross, supone toda una propuesta de conducción confortable, es cómodo y resolutivo gracias a su motor siempre dispuesto a empujar y con un cambio DSG de siete velocidades que se convierte en cómplice perfecto.
Si queremos ir ligeros, podemos usar las levas para garantizarnos un funcionamiento del cambio más deportivo.
En cuanto a los consumos, nada que reprochar, ya que si bien anuncia el fabricante un combinado de 8,5 litros, nosotros nos hemos acercado en fases a seis.
Es sin duda una opción para los que gustan de la marca, pero prefieren estar más altos que en un turismo y tener una línea moderna y actual. La horquilla de precios va desde los 25 a los 28 euros sin descuentos.
En el monte, solo por el lado bueno.
Y es que el T-Cross, está pensado para uso mayoritario por carretera aunque por altura libre y comportamiento general, las pistas y caminos en buen estado son su terreno natural.
Tampoco ayuda el neumático, un 215/45 R 18, de asfalto puro y duro montado sobre unas preciosas llantas. No obstante con calma, se pueden hacer mínimos desplazamientos para llegar a lugares imposibles para un turismo de altura convencional.