«El recibimiento de algunos pueblos africanos, fue sorprendente, siempre ofreciendo lo poco que tenían, y siempre dispuestos a todo por ayudarnos»
La pasada semana santa, bajamos a Marruecos un grupo de 7 coches, 20 personas. Todos juntos en sin duda, uno de los países, que más paisajes tienen que ofrecer, pisando arena y asfalto, cruzando ríos y lagos, atravesando montañas de lado a lado…
Sin nada que pareciese detenernos. Ha sido un viaje muy completo; lo que pensábamos que iba a ser un viaje de arena y calor, pasó a ser un viaje de más montañas, piedras y ríos que arena, más lluvia, viento y frío, que calor… el típico calor seco y desesperante, pareció quedar en una simple leyenda. Aun que este año hemos pisado más montañas, piedras y hayamos cruzado muchos ríos, también hemos pisado arena, menos de lo habitual, pero se puede decir que la hemos pisado. Tras las riadas de este año, los ríos “de arena” llevaban agua, y algunas rutas, no pudimos continuarlas por donde esperábamos, así que tuvimos que buscar alternativas y en algunos casos de sorprendente belleza, muy poco conocidos, y no transitados, tan poco transitados, que el único camino para llegar a pequeñas “aldeas”, era un camino, único y exclusivo por el cual pasaran los burros y las cabras. Por esas aldeítas, a lo mejor no volvían a pasar ningún turista en 3, 4 meses o más, y los niños aprovechaban para pedir cualquier cosa que les dieses, caramelos, ropa, juguetes… con cualquier cosa se conforman. El recibimiento de algunos pueblos africanos, fue sorprendente, siempre ofreciendo lo poco que tenían, y siempre dispuestos a todo por ayudarnos.
Por suerte, contábamos con una gran organización (uno de los propietarios de Gumball TT, Manolo y su mujer, Violeta) que conocen bien esas tierras, tras varios años organizando salidas a este país (en el antiguo club de rutas 4×4 New), después de tomarse un gran descanso de 4 años, sin organizar nada en este campo. Decidieron volver a la vieja rutina, y gracias a ellos y a la comprensión de los participantes, nos fue todo mucho más fácil de enlazar. Por causa de estos imprevistos en alguna ruta, nos anocheció, pero al final del día, siempre llegábamos al punto previsto.
Un viaje para todos los públicos; con gente desde 10 hasta 80 años (aguantando el tirón como el que más), realmente encantadores; no solo porque no hubiese los típicos roces, si no por la forma de reaccionar, de responder ante los cambios imprevistos que ha habido, siempre muy participativos y exhaustos también, por ver las cosas que hemos visto, tenían una imagen y una idea muy distinta, pero todos han quedado muy satisfechos, y realmente hemos disfrutado mucho, tanto mayores como pequeños. Contar con esas inesperadas lluvias, ríos y temperaturas, fue una gran oportunidad para disfrutar más a fondo de nuestras maquinas, en distintas situaciones, muchas veces sorprendiendo al propio conductor de lo que era capaz de hacer su vehículo. Todos parecían superar los obstáculos sin problemas, no obstante, más de uno comprobó el poder de “la pala” en las dunas. Un día dormimos en jaimas, una experiencia, muy agradable; tuvimos espectáculo, antes y después de la cena, y estuvimos bailando hasta ya entrada la noche. Otra noche nos tocó hacer vivac, nos organizamos muy bien, montamos las tiendas, hicimos una hoguera y hasta asamos cordero, fue una experiencia emocionante, si no fuese por las lluvias, hubiese salido perfecto (al menos nos dejo de cenar y después se lió a llover). El resto de los días dormimos en hotel, hemos pasado por Azrou, Erfouz, Merzouga, Zagora, Tinerhiz y Midelt entre otras ciudades. Por la parte norte, la parte del Atlas; pisamos nieve, cosa que no es de extrañar, por que esas zonas de la cordillera, están muy altas, y es normal ver nieve. De lo único que todos nos quejamos, ha sido el tiempo de espera en aduanas, pero es que eso no tiene remedio, da igual que tengan puerto nuevo y buenas instalaciones, la organización en policía portuaria, sigue siendo la misma, pero bueno es una de las cosas que tenemos que aguantar para poder disfrutar de otras. A mí personalmente, Marruecos es un país que me encanta, soy aficionada al todo terreno, y disfrutar de él con estas variaciones de paisajes, por un lado dunas, por otro montaña, y por el frente un gran río de agua… para mí eso es todo “un lujo”.