La recién celebrada edición de la carrera, puede catalogarse como la más exigente de las puestas en marcha hasta la fecha, con un recorrido técnico casi siempre y momentos difíciles de superar por los participantes. El mejor todo terreno en meta ha sido el Toyota de Zuzaya-Burgui, sacando partido de su experiencia al haber participado en ediciones anteriores.
Pequeños problemas mecánicos impidieron a los hermanos Sánchez pelear por la victoria, debiendo conformarse con el segundo puesto a bordo de un Nissan Terrano.
Otros hermanos, los Garrido, demostraron que con un vehículo eficaz y de serie se puede estar muy arriba cerrando el podio con su Toyota RAV 4.
Entre los turismos, se impusieron los favoritos Puig-Verdaguer, ganadores la temporada pasada del Off Road Classic Cup, único certamen de la disciplina que se celebra en nuestro país. Hicieron varias etapas sin penalización y no solo ganaron la categoría sino que mostraron mejores números que ningún participante de todas las categorías convocadas.
Segundo 4×2 en meta el Fiat Punto de los Vázquez, sufriendo con la mecánica a diario pero peleando siempre por estar arriba en todas y cada una de las etapas.
El podio en este caso lo cerró el Volkswagen Golf de Vázquez-Moreno, también repetidores en la carrera lo que supone un plus a la hora de clasificarse bien.
En cuanto al trazado, se puede catalogar como completo, ya se empezó con la arena de la playa, se abordaron posteriormente pistas y caminos pedregosos, de montaña y de planicie, completados con una jornada de dunas que se atragantó a más de uno al tener que atravesar un cordón de considerable altura y superficie. Aparte de la regularidad con diferentes medias, la navegación por rumbos complicó aún más las cosas. La última de las especiales debió neutralizarse al recorrer una pista que había sufrido desprendimientos de rocas que impedían el paso a la caravana.
Una novedad fue la instalación de un campamento en zona remota para pasar una de las noches, lo que hizo que la camaradería entre los participantes se consolidara definitivamente. Se prestó herramienta y repuestos, hubo ayudas reciprocas y tras la cena con gastronomía típica, se termino con una queimada teniendo así el mejor de los ambientes.
Otra novedad fue que un grupo de aficionados pudo seguir la carrera en paralelo con recorridos propios de la mano del club Wheeltracks 4×4, con plena satisfacción de sus integrantes.