En Masía Pelarda no dejamos pasar ninguna excusa para demostrar que nuestra comarca y provincia están repletos de tesoros, y aunque lo de Halloween no es muy de tradición Aragonesa, es la excusa ideal que usamos para programar un fin de semana muy especial.
El viernes los participantes llegaron a Masía, una rica cena y coordinar los grupos son el preludio de las aventuras del sábado.
Tras los desayunos los grupos arrancan rumbo a la Sierra de Gúdar, donde la primera parada se realizo en los Cortados de Peña Calva, un espectacular enclave sobre el precioso pueblo catalogado como de los más bonitos de España, Rubielos de Mora. Más de 300 metros de caída libre donde podemos aparcar los coches a pie del abismo, una espectacular foto de “donde llega nuestra ruta no llega nadie” y en donde es fácil ver cabras montesas, rapaces y buitres.
Nuestro destino atravesando más bellos parajes de la sierra es el barrio casi despoblado de la Estrella, un barrio de Mosqueruela donde solo quedan dos vecinos, Sinforosa y Martín (usuarios de un precioso Land Rover Santana 88 especial), un pueblo casi fantasma en el cual una enorme inundación el 9 de octubre de 1883 hizo que murieran 26 personas, la riada se llevo 17 casas dejando las restantes 28 también afectadas. Hoy tocado por aquella tragedia es un pueblo fantasma, con bellos edificios donde destaca el Santuario de la Estrella del siglo XIX y el Castillo de Mayo, al que se llega por una pista casi de tierra al completo, sin luz ni agua pública, una experiencia visitarlo a bordo de nuestros 4×4.
A la vuelta, la Masía se había transformado, un edificio apenas iluminado, lleno de telarañas y en el que a su entrada reza un gran cartel, Orfanato Masía Pelarda. Un grupo de tenebrosos niños gritan a los participantes que se abstengan de entrar, que se arrepentirán. Así empezaba la animada cena en el orfanato, los participantes obligatoriamente disfrazados para la ocasión, tomaban asiento en las mesas del comedor del orfanato donde se sirvió la fantasmagórica cena. Destacaba en el menú las “Rataburguesas” o el “Bocadito de cerebro” o “Cazuela de gusanos”. Durante la cena risas sin parar con las actuaciones programadas… y las espontaneas, así de divertida fue la noche de Halloween en Masía Pelarda.
Para rematar el plan, disfrutar de los circuitos 4×4 que ocupan una superficie de más de 50000 metros cuadrados, delicia de los conductores 4×4 de todos los niveles, ayudados por monitores de Masía Pelarda, garantía de no tener problemas. La comida en grupo ponía punto final a un fin de semana 4×4 pero también turístico y temático, demostrando que la afición 4×4 es mucho más sana que la fama que recibe.