La salida otoñal del grupo de propietarios de Toyota RAV 4 primera generación tuvo Castilla la Mancha como escenario, concretamente la provincia de Cuenca. Con la población de Arcas como epicentro siete vehículos se dieron cita en la noche del viernes (hubo que registrar dos bajas de ultimísima hora), venidos de cinco comunidades autónomas diferentes.
Salvo una nueva incorporación, todos eran ya repetidores en las actividades que crea el grupo. Primeras y segundas series de la caja original del modelo en versión tres puertas.
Todos como es habitual, en un estado de conservación muy bueno. A primera hora de la mañana, la caravana se puso en marcha, en primer lugar por tramos utilizados en diversas ediciones de carreras todo terreno llevadas a cabo durante años.
Pistas en buen estado pero con bastante barro y pasos inundados en umbrías y zonas bajas. Se llegó al mítico punto del viaducto, que necesito de toda la pericia posible para no dañar las carrocerías dado lo destrozado del estado de las trialeras.
Posteriormente, se rodó por zonas más boscosas, que guardaban un peor estado del terreno con puntos bastante complicados hasta llegar al lugar de comida, el refugio de Buenache de la Sierra. Al calor de la chimenea del mismo, se llevo a cabo una pantagruélica sesión de todo tipo de carnes a la parrilla además de una selección de aperitivos y buenos caldos procedentes de diferentes denominaciones de origen, para terminar con diferentes dulces y espirituosos digestivos.
De nuevo en marcha, salir de allí supuso todo un esfuerzo en cuanto a destreza para superar profundas roderas, charcos que más bien parecían lagos y puntos invadidos por la vegetación, que complicaron el avance de los pequeños Toyota sin conseguir frenar su progresión.
Con las ultimas luces del día, se regreso al hotel para terminar la jornada con el lógico comentario de lo vivido, y la satisfacción general de haber llevado a cabo mas de cien kilómetros de todo terreno variado y técnico con la única consecuencia de tener los vehículos irreconocibles por la suciedad.
El domingo, tras atravesar la capital provincial, nuevo recorrido entre torcas, cañones y diferentes tipos de camino hasta terminar en el mirador de Uña donde tuvo lugar una nueva comida campestre que supuso el colofón del fin de semana.
Los asistentes recibieron un completo lote de regalos procedentes del preparador de uno de los participantes Talleres Ferrer Montañana Competición.
Ya se prepara la siguiente salida, que supondrá la reunión anual oficial del grupo que tendrá lugar en la Siberia Extremeña en marzo, al amparo del Club Transiberiana 4×4. Los interesados en participar deberán ponerse en contacto a través de la página de Facebook: “Toyota RAV 4 primera generación España”.
Agradecer la inestimable colaboración de la familia Saiz con Jorge al frente, uno de los indígenas conquenses con más conocimiento de la zona y del todo terreno, que llevo a cabo la producción del recorrido y la posibilidad de comer con todas las comodidades gastronómicas posibles en lo recóndito de la serranía de la provincia.