EDICIÓN EN PAPEL EN LA REVISTA FORMULA TODO TERRENO. En unos tiempos en los que los reglamentos y las organizaciones parecen estar pensando principalmente en los buggies ligeros, los amantes de la disciplina siguen defendiendo el participar con todo terrenos convencionales y prototipos. Este es un ejemplo. Los coches de estructura multitubular con tracción total salvo en equipos oficiales parecen en extinción siendo los tracción trasera una especie de resistencia, algo que unido al desinterés de los fabricantes por animar la categoría de coches de serie y la imparable moda de los buggies ligeros parece acorralar a todo lo visto históricamente en un parque cerrado. Por eso este coche es una verdadera “rara avis” en nuestros días. Su creador no es otro que Thierry Delli Zotti el laureado copiloto francés del que necesitaríamos media revista para poder trasmitir su trayectoria deportiva, comenzó a fraguar la idea a primeros de este siglo de tener su propio coche de competición en base a la experiencia acumulada tanto en lo deportivo como en lo técnico. Su idea era la de construir una buena estructura tubular y como si de un mecano se tratara incorporar las soluciones mecánicas mas fiables y probadas del momento, independientemente de quien fuera el proveedor. Dicho y hecho. Pese a montar material de diversos fabricantes finalmente le dio nombre de Peugeot por que algo había que poner en los papeles. Para hacer el reportaje hemos contactado con él y nos ha trasmitido la historia: “Es algo en lo que no me fije, bastante tenía con acabar el coche pero llegado el momento, lo que tenía a mano eran ópticas delanteras y traseras de la marca francesa y… ! Uno de los alerones de techo del Peugeot 205 T16 ex WRC que se había “estirado” para correr el Dakar en manos de Ari Vatanen, pieza que corono mi creación. A la hora de la verdad, nunca le puse nombre, pero algo había que poner en los papeles y como la mayoría de piezas instaladas eran de Peugeot, tire por el camino mas fácil”. En lo deportivo el coche debutó en el Dakar 2006 con Isabelle Patissier al volante. Esa misma temporada con Thierry pero diferentes pilotos tomo parte en las pruebas de Túnez y Marruecos. Temporadas después, llegó a España tras ser adquirido por Beatriz García y estuvo años parado por falta de presupuesto a la hora de hacerlo correr. Hace un par de años lo adquirió su actual propietario el piloto alcarreño Miguel Ángel Domingo, quien lo ha rehecho de cero. Delli Zotti está feliz: “Me alegra mucho que mi coche, como él lo llama, este vivo, cuidado y en competición”. Aun en activo, el francés se comprometió en hacer por verlo en alguna de las carreras internacionales que se disputan en la península. DE COMPETICIÓN TOTAL. El coche una vez adquirido se desmontó por completo, y se procedió a un repaso concienzudo del estado de los componentes, saneando y repintando toda la estructura tubular, reparando la fibra de la carrocería y arreglando y reparando lo que estuviera dañado por la competición o el propio tiempo. La caja de cambios, se envió a Francia para ser reparada, ya que fallaban algunas marchas y el sistema de suspensión lo ha repasado Facundo Vitoria en su taller. Con todos los elementos optimizados, se llevo a cabo el montaje, hasta dejar el coche completamente operativo. Parece todo sencillo, pero han sido más de dos años de trabajo. El resultado es sencillamente espectacular, ya que no parece un coche de hace más de una década, por lo impecable de su aspecto se mire por donde se mire. Parece realmente recién comprado a un preparador. PARA HACER KILOMETROS. Es el verdadero estreno del prototipo tras su montaje, por lo que la realización de nuestro reportaje le viene de perlas al equipo que así podrá hacer sus primeros kilómetros para comprobar que todo funciona correctamente. El coche luce espectacular con un color blanco perlado que permite ver todas las líneas claramente. Pese a que lleva un morro y una parte trasera que recuerda al de los Peugeot de hace una década, podríamos estar ante un coche imaginario porque el resto de sus formas es totalmente original. Lo más llamativo es el prominente alerón que se sitúa en la parte trasera del techo y que no admite ningún tipo de reglaje quedando fijo. Destaca la altura libre y los ángulos característicos, todos muy buenos y el aspecto general del conjunto, poco visto y muy llamativo. En el interior se echa en falta algo de espacio libre sobre todo pensando en que en una carrera larga, la ropa de abrigo y de acampar en medio de la nada si se pone la cosa fea se hace imprescindible. No hay ningún vano, y si queremos transportar algo de repuesto deberá ir en huecos, ya que como espacio de carga solo se nos ocurre ponerlo encima de las ruedas de repuesto. La accesibilidad mecánica es buena en general, ya que lo despajado de la parte trasera y el capó delantero que se abate con generoso ángulo facilitan las cosas, aunque el motor queda literalmente empotrado bajo la parte frontal del habitáculo, y según que reparación o mantenimiento, puede costar llegar. Miguel Ángel arrancó el coche y lo dejo unos minutos para que el motor adquiriera la temperatura correcta de uso. Posteriormente se dispuso a rodar lentamente unos pocos kilómetros para ver que todo funcionaba perfectamente. Tras una parada para comprobar que todo estaba en orden se bajo del coche y nos dejo rodar con él. Subirnos fue fácil, aunque se echa de menos que el volante fuera desmontable y una vez atados comprobamos que aparte del buen trabajo llevado a cabo es innegable el baño de experiencia que tiene este prototipo. Cada testigo tiene su rotulo para saber que es cada cosa, dejando lo estético al margen por lo escueto y espartano de todo el interior. Llaman la atención los dos depósitos para bebida que tiene cada