Por sexto año consecutivo, Soto del Real acogió esta actividad, que basada en el recuerdo del piloto y preparador, ponen en marcha sus descendientes.
Este año, se han superado todas las previsiones con más de cien vehículos presentes, incluyendo desde deportivos hasta turismos, pasando por motos, unidades de competición y por supuesto todo terrenos.
Dada su dedicación al modelo desde Me Pre, la empresa familiar fundada por el patriarca hace décadas, los Mini han sido mayoría absoluta. Restaurados, de estricta serie, preparados… Un lujo para los amantes de este pequeño trozo de historia del motor mundial.
Mucho público y ambiente familiar y festivo durante toda la mañana de celebración, y sobre todo, explicaciones y comentarios entre los participantes, y es que siempre se aprende algo en estas concentraciones.
La parte solidaria estuvo protagonizada por la Fundación María de Villota, que estaba representada con recuerdos, libros y diverso material relacionado con la piloto.
Todo un acierto y una garantía el poder tener siempre en la brecha a los brillantes pilotos hijo y nieto del homenajeado, que pese a sus compromisos laborales y deportivos, sacan tiempo para organizar un evento como este del que deben mostrarse orgullosos.