LAS NUEVAS MECANICAS AL PODER.
Jordi Gaig-Alex Astudillo, consiguieron tras meses de preparación hacer debutar su prototipo con carrocería de Mini. No estaban muy contentos con el tipo de terreno quedando incluso retrasados en la segunda pasada de la prologo, pero en los dos tramos largos fueron los mas rápidos y se hicieron con la victoria siendo los primeros lideres del certamen. Les secundaron en la clasificación Guillermo Villanueva-Santiago Bravo, con un vehículo similar con carrocería de Land Rover. Empezaron flojos pero acabaron remontando, lo que les animara cara al resto de la temporada. El podio lo cerró el primero de los buggies ligeros el Polaris de Andreu Cachafeiro- Guifre Pujol muy rápidos en un tipo de terreno conocido por ellos perdiendo el segundo lugar por una penalización por exceso de velocidad. A escasísima distancia entró otro de los “nuevos” todo terrenos de este año, la Toyota Hilux Overdrive de Antonio Fortuny-Antonio Martin, otro serio candidato al triunfo.
El primer coche de serie ha sido otro Toyota, el Land Cruiser de Alberto Dorsch-Marcos Martínez, aupándose al decimotercer puesto de la general superando por poco a los hermanos Cámara, penalizados tambien por una penalización por exceso de velocidad. En Históricos se impuso el Mitssubishi Montero de David Camacho-Álvaro Ortega.
La población leridana de Cellers acogió el arranque del Nacional de la disciplina, volviendo a tierras catalanas tras cinco temporadas de ausencia. La zona especialmente atractiva en lo geográfico, está plagada de estrechos y tortuosos caminos con todo tipo de firme, escenario ideal para una prueba de estas características. Tras las verificaciones del viernes, se dieron a primera hora del sábado dos pasadas a una prologo de poco más de dos kilómetros se abordó un tramo largo de más de 170, para repetirlo en sentido inverso la mañana del domingo. Se alternaban pistas y caminos de media montaña con cortos tramos de asfalto a velocidad controlada, lo que exigió la máxima entrega de deportistas y vehículos, debido a los continuos cambios de ritmo y a lo atento que había que estar al rutometro para no fallar en la navegación.