Era de los pocos que podía presumir de hacerse llamar el “Africano”, ya que nació en la ciudad etíope de Addis-Abeba. En 1973, debutó en competición en moto, para disputar posteriormente el Dakar en dos ruedas, ganando las ediciones de 1981 y 1983. Economista de profesión, llegada una de las ediciones de la carrera, pidió como siempre que se le dieran las vacaciones en los días de celebración de la prueba para poder competir. Ante la negativa de sus jefes, no dudó en pedirles el finiquito para estar en la salida. Ya consagrado, se paso a los coches disputándola siete veces venciendo la edición de 1992, la que arrancó en París y acabó en la sudafricana Ciudad del Cabo, convirtiéndose así en el primer piloto en ganar la carrera en las dos categorías. Dos años después pasó a dirigirla dentro de la estructura T.S.O. (Thierry Sabine Organization), precursora de la actual empresa de eventos que gestiona los últimos dakares celebrados.
Desde 2004, tras dejar el cargo defendió el Dakar en su continente genuino de celebración apoyando el África Race que llegó incluso a correr. Sin alejarse mucho del motor, consiguió el record de vuelta al mundo en avión de hélice junto al piloto Henry Pescarolo, participando de paso como comentarista en diversos programas televisivos franceses de aventura. Afectado por el corona virus hace semanas, ha sido una complicación cardio vascular la que ha acabado con su vida. El próximo siete de junio hubiera cumplido 69 años. Piloto humilde y con los privados siempre en mente, nunca se dejó llevar por la fama, teniendo presente siempre sus orígenes deportivos. En algún lugar seguirá recorriendo pistas caminos y dunas.
