Es de los menos indicados para el campo que hemos probado, pero resulta todo un éxito de ventas para la marca, gracias a una combinación de estética, deportividad y toque familiar qua gusta a muchos clientes finales. Había que conocerlo.
Sus líneas exteriores, recaba lo mejor de varios mundos. Estética por presentarse como un turismo elevado de carrocería, tan al gusto de los tiempos que corren Deportividad con tomas de aire de generoso tamaño, faros muy rasgados y pasos de ruedas sobredimensionados (No hay que olvidar que el modelo corre el Mundial de Rallies y eso cala en compradores aficionados al automovilismo).
Familiar, por sus cinco puertas y portón trasero, ideal para que quepan todos y todo, sin olvidar la hibridación que aboga por un menor consumo y emisiones, lo que permite circular en ciudad en días de restricciones.
Monta un propulsor de 155 caballos con hibridación ligera, que se mostro eficaz en todo momento, complementado con la caja de cambios automática de nueve velocidades.
Los asientos delanteros son cómodos y amplios, con un salpicadero sencillo y con todo a mano y claro.
Los traseros son correctos para dos y escasos para tres, sobre todo en altura, dada la caída de la carrocería en la parte trasera.
El maletero, dispone de 465 litros de capacidad con una buena boca de carga, que permite alojar bultos sin problemas.
Un doble fondo permite contar con 80 litros más de carga, que pueden ser de las que manchan al tener un desagüe en el fondo. Ni que decir tiene que la rueda de repuesto, ni está ni se la espera.
En marcha es muy efectivo, con un andar cómodo y suave, destacando su enérgico tarado de suspensiones que permite rodar ligero sin balanceos en vías rápidas y de montaña.
Es una buena opción para el que busque un coche sin problemas, de concepto moderno y que le llevará de forma ágil en sus desplazamientos llegando incluso a la puerta de la finca.
En el monte, solo asomarse.
Está claro que no pensado para circular fuera del asfalto, salvo en pistas cementadas o de muy buen piso. Pese a sus dieciséis centímetros de altura libre y los modos de conducción específicos para terrenos resbaladizos, mejor dejarle siempre por lo negro.