Las preparaciones de vehículos de carreras mas complicadas, son las que parten de cero, descartando la base de un vehiculo ya construido. Este es un caso, concebido íntegramente en nuestro país.
EDCION EN PAPEL EN LA REVISTA AUTOAVENTURA 4X4 DE NOVIEMBRE.
Un papel en blanco y un instrumento de escritura. Así se empiezan todos los vehículos que tienen la originalidad como primer mandamiento. Llegar a poner en la salida de una carrera, lo que en principio era una simple idea, es el sueño de muchos aficionados al automovilismo en general y a las carreras todo terreno en particular. Un grupo de valencianos que ya tenían experiencia en competición, se decidieron ha hacerlo. El sueño es toda una realidad.
CON TODO EL INTERES.
Un proyecto de estas características necesita una sólida base científica para que no solo tenga éxito, sino simplemente para que sea mínimamente operativa. Diversos miembros de la estructura humana (varios alumnos y un profesor) forman parte del Centro de Investigación en Tecnología de Vehículos de la Universidad Politécnica de Valencia. Y diseñaron la base de lo que seria luego el vehiculo. Una estructura tubular de sencilla concepción, con geometrías muy probadas y con una idea prioritaria: el buen comportamiento general del vehiculo. Para ello se trabajó en que el centro de gravedad fuera lo más bajo posible, por lo que las medidas son inusuales en la categoría, en la que la práctica totalidad de vehículos derivan de los ATV comerciales. La longitud alcanza los 3750 milímetros y la anchura los 1750. La altura no llega al metro y medio. Destaca la generosa batalla, con ambos ejes muy al límite de la carrocería. Efectivamente con echar un primer vistazo, se es consciente de que el vehiculo debe tener buen aplomo. Toda la estructura se ha cubierto con una lograda carrocería de fibra, fácilmente desmontable por piezas, lo que se traduce en una inmejorable accesibilidad mecánica. Todo queda muy a la vista y el mantenimiento y la detección y solución de averías se llevan a cabo de forma sencilla. Mecánicamente se ha incorporado un motor de Kawasaki de 1200 c.c. Alcanza una potencia de 156 c.v. con 110 Nm de par. Consume a ritmo de carrera alrededor de 30 litros cada cien kilómetros, esto unido a un depósito de algo más de 110 litros garantiza más de trescientos kilómetros de autonomía. La velocidad máxima puede alcanzar (según desarrollo) los 160 km/h. La caja de cambios es también Kawasaki, de seis velocidades e inversor para garantizar la marcha atrás. El 4×4 esta confiado a cajas de transferencias realizadas a medida. La suspensión delantera y trasera es independiente y monta muelles Eibach y amortiguadores Fox. La dirección es de cremallera asistida eléctricamente, los frenos son de 280 milímetros de diámetro con pinzas de cuatro pistones iguales en la cuatro ruedas, las llantas son de aleación de 15 pulgadas y los neumáticos 175/85 R15. El interior se ciñe a los estándares habituales en competición, dando prioridad como es lógico a la seguridad. El resto de soluciones mecánicas se han intentado conseguir de vehículos convencionales para abaratar costos. El peso supera por poco los 800 kilos algo que a sus creadores hubiera gustado “recortar”, pero que ha resultado finalmente misión imposible. El acabado es bueno y la decoración da un toque muy atractivo. Cabe destacar, que esta faraónica obra no ha contado con apoyo económico, por lo que son los bolsillos de los miembros del equipo los que han hecho finalmente realidad el hecho de poner el KFRA-1 este en la salida de las carreras.
Victimas de los cambios reglamentarios, su configuración es acorde a la reglamentación del certamen nacional, dejando la homologación F.I.A. para futuros proyectos.
A BORDO.
Nuestra prueba se llevo a cabo coincidiendo con una jornada de entrénos del equipo, llevada a cabo en las instalaciones que para tal fin existen en Masia Pelarda en tierras turolenses. Con todo muy planificado y preparado, en primer lugar el equipo titular rodó un pequeño número de vueltas. Cuando todo estuvo listo. Ocupe primero el asiento del navegante, toda una experiencia ya que se va absolutamente tumbado con la rueda de repuesto bajo los pies. Un a pieza sobre la misma permite apoyarse y activar el trip y la bocina Los medidores de distancias están situados de tal manera que tienen que ser activados con la mano izquierda, algo que unido a la falta de salpicadero se nos antoja totalmente incomodo e inusual. Cuando le hacemos la observación a Ricardo Ordaz, el copiloto habitual, no parece compartir nuestra opinión” yo como solo me he subido a este coche, no noto nada raro” sentencia. Desde luego que para ir cómodo en este vehiculo, hay que tener una altura no muy excesiva. Una vez en marcha lo primero que notamos es que el sonido del motor no es tan intenso como cuando se le ve pasar como mero espectador, y posteriormente, que por los respiraderos, entra algo de polvo, debe ser horrible rodar en la estela de polvo de un rival. A partir de ese momento, nos dedicamos a disfrutar de la conducción del piloto Miguel Valero, del que se nota que ha practicado otras disciplinas automovilísticas, por su oficio y actitud. Notamos el coche muy duro sobre todo en el tren delantero, pero en general va como un tiro y sobre todo, con una estabilidad espectacular. Nos toca. Subirse en el lado del piloto es mucho mas fácil, el volante se desmonta, y hay sitio de sobra. La posición es comoda, y tan solo nos despista el generoso diámetro del volante. Miguel se explica, “la dirección no es muy asistida y con el paso de los kilómetros se agradece este diámetro”. Nada que objetar. Confianza, esplendido paso por curva y velocidad elevada predominan. Lo seguimos notando duro, pero puede ser el reglaje a gusto del piloto. En la siguiente Tanda de vueltas que dio, tenia dificultades para “meter” el tren delantero, por lo que lo bajo levemente, para acabar rodando a plena satisfacción. Vehiculo encantador, y a buen seguro eficaz en cuanto se viabilice.
UN EQUIPO MUY SERIO.
Los hombres de VM Competición comenzaron su andadura en la temporada 2003 con un Mitsubishi Montero de la categoría de coches de serie T-2. Por curioso que parezca, no tuvieron inconveniente en intercambiar sus funciones, ocupando varios de los hombres de equipo los asientos de a bordo, mezclándose en las labores de piloto y copiloto según las posibilidades personales de cada fin de semana de carrera. Estuviera quien estuviera a los mandos, siempre han rodado en puestos destacados, han ganado la categoría y han incluso conseguido victorias absolutas, como en la Baja Tierras del Cid de la temporada 2011. Simultáneamente comenzaron a trabajar con el prototipo que ilustra estas páginas desde el año pasado, y además, los pilotos de su tierra Fortuny y Ciscar confían en su estructura para recibir asistencia en carrera.
Es complicado explicar como se mueven estos valencianos. Con todos los respetos para el resto de la caravana de la especialidad, es difícil encontrar un grupo humano mas entregado, mas entendido y mas dedicado a un proyecto. Pese a que son bastantes en numero (mas de una docena de personas las que habitualmente están en la base del equipo en Torrent, o se desplazan a las carreras), la discreción y el ambiente sosegado e interesado destacan. Todos saben lo que tienen que hacer en cada momento. Se mueven en la asistencia como si cada uno de ellos fuera tan “jefe” como el que más, ayudando y colaborando en lo que toque en cada momento. En carrera, siguen en lo posible al vehiculo o vehículos de los que son responsables en puntos estratégicos y mas de lo mismo, caras de concentración y que no se escape detalle. El colmo fue en la jornada en la que realizamos la prueba para la revista, nada menos que nueve personas del grupo dejaron sus quehaceres particulares en pleno fin de semana y se desplazaron para estar presentes en el día de pruebas. Llevaron vehículos, material y repuestos como si a la carrera más importante de año se enfrentara. Otra vez más de lo mismo. Ni una voz mas alta que otra, moviéndose con la seguridad de que hay que hacer en cada momento y sin dejar en lo posible, nada al azar. Tandas de vueltas muy controladas, con repaso general en cada parada, hasta totalizar más de 150 kilómetros. Por conocimientos y experiencia es estupendo que estén en las carreras, que se mantengan y que no opten por otras disciplinas. Mejor aun, que los resultados les acompañen.
EN CARRERA, A LA ESPERA DE RESULTADOS.
El vehiculo debutó la pasada temporada, aun en fase de ultimar su construcción, llegando a la primera carrera incluso sin pintar. En este año, el equipo se conjuro para hacer el nacional al completo, algo que han cumplido excepto en la cita burgalesa en la que la falta de algunas piezas les impidió estar en la salida. El resto de participaciones se han traducido en abandonos, nunca por averías serias, sino por quedar dañados elementos del vehiculo por las propias condiciones de la competición. Su evolución, permite vaticinar que la racha esta por acabar y que aparecerán en sucesivas participaciones bien colocados en las clasificaciones finales.
SUMARIOS.
Ejemplo de iniciativa y conocimientos, la de este prototipo.
Se puede rodar verdaderamente rápido con el KFRA-1
Impecable la actitud y el trabajo de todos los miembros del equipo.