Dentro de las acciones de post venta del fabricante francés de amortiguadores, está la de la puesta a punto y el piloto canario Remigio Rovira, hizo uso de ella. Iba a realizar un test de puesta a punto con personal especializado de la compañía en el circuito de Masía Pelarda, y tuvo la gentileza de invitarnos.
Tras muchos días de lluvias, los caminos de la finca eran piscinas puras, por lo que el trabajo no iba a ser fácil. Acudió con los responsables técnicos de su coche, Ismael Sánchez y Juan José Rivero y con todo listo se presentó Antoine Vial venido directamente de fábrica.
Antoine, muy profesional, se vistió de competición completamente con mono, casco y demás parafernalia como si fuera a verificar en una carrera. Lo que más llamaba la atención era una pequeña libreta de la que no se separaba y que no paraba de abrir y cerrar anotando cosas. Solo la soltó cuando le pedimos que nos dejara fotografiarla.
Estuvo un buen rato con el coche en parado comprobando las alturas y los pesos por rueda, antes de tocar los amortiguadores y comprobar su posición en cuanto a reglajes.
Cambio impresiones con el equipo, informándose de cómo se habían hecho las cosas hasta su llegada, balance de la experiencia hasta el momento, y sobre todo que se quería hacer con el vehículo en el futuro.
Desde el primer momento ocupó el asiento de la derecha y se dispuso a rodar con el propio Remigio a los mandos. Es un gesto valiente, porque se debe subir con todos los clientes que los solicitan dando por hecho que no va a pasarle nada.
Tandas de dos vueltas, y continuos ajustes. Incansable, se baja y se sube del coche las veces que sean necesarias, ajustando primero el tren trasero y posteriormente el delantero.
Las modificaciones son anotadas, así como la reacción del vehículo tras cada una de ellas, lo que permite llevar a cabo un correcto histórico de funcionamiento.
Tras un innumerable numero de vueltas, todo parece a gusto del piloto y del propio ingeniero, quedando así finalizado su trabajo.
Le hemos pedido a Antoine que nos haga un resumen de su actividad y su metodología de trabajo:
“Mi nombre es Antoine Vial, tengo 25 años y soy uno de los ingenieros de Donerre Suspensión. Realicé estudios de ingeniería en Toulouse, al sur de Francia, más concretamente ingeniería mecánica, que he finalizado con unas prácticas en Donerre. Me contrataron en 2020 para completar el equipo, reforzar el departamento de ingeniería y participar en el desarrollo y mejora de las diferentes gamas de amortiguadores. Mi día a día en Donerre es muy diferente de una jornada a otra.
Una de mis actividades principales es imaginar y encontrar nuevas soluciones para mejorar nuestros productos y diseñarlos en nuestro software CAD. Luego puedo probar la solución en nuestra prueba en banco para ver el impacto en la curva hidráulica y comprender lo que sucede dentro del amortiguador. Además, hago muchas sesiones de prueba en pistas, primero para comprobar la mejora de lo que diseñamos en la computadora, pero también con los clientes para ajustar sus amortiguadores, tratar de sacar lo mejor de los mimos y permitir que el conductor haga el mejor uso en el desempeño de su vehículo.
Hay trabajo por delante una sesión de prueba. Miro primero la configuración interna específica que hacemos según el tipo de vehículo y el muelle que elegimos durante la fabricación. Una vez en pista, lo primero es comprobar la altura de conducción, el reglaje de los amortiguadores, tanto los traseros como los delanteros. También nos fijamos si el vehículo está en su configuración de carrera con depósito de combustible lleno o no, ruedas de repuesto, etc.
Me subo al coche con el piloto, y damos unas vueltas para tener una primera idea de la pista y sacar las primeras conclusiones. De la mano del piloto, prestamos atención al comportamiento del vehículo en términos de absorción de impactos, pero sobre todo en la transferencia de carga durante el frenado, la aceleración y las curvas. Sé cuándo el coche está listo a nivel de suspensión, cuándo el conductor puede hacer lo que quiera con él, cuándo el único límite es él y cuándo se siente bien pilotando”.