El Dakar es antes de todo una carrera que comienza no el 1 de enero, si no en febrero del año anterior, muchos son los preparativos que durante todo el año hemos tenido que repartir piloto y copiloto. Me acuerdo del Dakar 2003 de la vuelta de Javier Herrador (mi piloto este año), las celebraciones, los amigos presentes y de repente ya estábamos con los preparativos del Dakar 2004. En aquel momento todo fue muy rápido……. pero desgraciadamente todo no iba a ir tan rápido como lo necesitábamos. Esperamos meses para comprar un nuevo coche, el presupuesto no era muy grande y las negociaciones tardaron mucho tiempo. Durante estos meses veíamos como el tiempo se escapaba, las carreras del campeonato de España pasaban y nosotros no podíamos participar en ninguna lo que significaba que no podíamos entrenar de cara al Dakar. Pero por fin encontramos un coche: un Toyota Land Cruiser 95. Ahora había un punto de partida solido. A partir de este momento las cosas cambiaron mucho. Javier se iba muy temprano al taller y volvía muy tarde a veces de noche. Todo esto fue muy frustrante para mí porque no podía hacer nada para ayudar ya que la mecánica no suele ser cosa de mujer. ¡Cuando de vez en cuando pasaba por el taller los mecánicos irónicamente me dejaban apretar alguna tuerca que otra o recoger algo de herramienta!!
Entre Javier y yo el trabajo estaba “repartido”, Javier se encargaba de la mecánica (el 90% del trabajo en aquel momento) y yo me encargaba de las llamadas a Francia para lograr más informaciones o consultar el reglamento del Dakar. Ahora me pregunto con cuantos talleres, preparadores, etc,! hablé durante todo el año! Los meses pasaron rápidamente, y entre tanto llegaba el momento de buscar más patrocinadores, lo que significaba menos tiempo para nosotros pero por otro lado era la oportunidad de juntarnos con los otros dos pilotos de motos del equipo Juan Fernando Orta Y Amos García Cruz y pasar un buen momento juntos. En fin todo el año fue así y todo termino poco tiempo antes del Dakar. Día 28 de Diciembre estamos en Barcelona para la salida oficial de los españoles. Todo esto nos parece un espectáculo muy grande hecho para los grandes y me siento un poco incomoda. Estaba impaciente por estar en el desierto y no ver a tanta gente. Cumplimos con el deber y partimos directamente hacia Clermont Ferrand. Día 29.Clermont Ferrand. Estoy muy feliz. Mi familia me visitará por un día, hace meses que no les veo. Mientras Javier y los mecánicos hacen los últimos preparativos al coche yo paso el día con ellos. Por unas horas no oigo hablar ni de tuercas ni de tornillos. Me siento un poco egoísta porque durante una jornada les dejo trabajar mientras voy de compras y dejo de pensar en todo esto.
Día 30. Es el día de las verificaciones. Tenemos que estar a las 13h. Hoy es mi día de trabajo! Como francesa tengo que hacer de traductora, el Dakar se corre en francés y todas las verificaciones administrativas y técnicas son en francés. Aunque después de tantas llamadas a A.S.O en Paris durante todo el año estoy segura de que lo tenemos todo listo. Además de las verificaciones administrativas nos obligan a asistir a una clase teórico/práctica de 15 minutos sobre el GPS. Me siento al lado de dos pilotos de motos, miro a mi rededor y veo que soy la única mujer del aula. En pocos segundos me felicitan por estar allí y participar en lo que iba a ser la edición más difícil de todas. Nunca hasta ahora había pensado que el Dakar podía ser insuperable para alguien. Ya que estaba allí lista para irme no era el momento de pensar en esto, tenía que pensar en positivo. Después de 15 minutos de clase no tengo el sentimiento de haber aprendido mucho. Lo único que escuche fue: “esta tecla sirve para esto, esta otra para esto, esta para esto y bla bla bla durante toda la clase. En realidad el GPS es como un video juego, hay que jugar con él durante 5 minutos para saber utilizarlo. Enseguida tuvimos que empezar con las verificaciones técnicas. Ayudaba con mi papel de traductora y… de mujer. Me di cuenta hasta que punto era difícil para un hombre decir que no a una mujer. Cada vez que tenía que encontrar una pieza para el coche la encontraba o hasta volvía con un mecánico para ayudar a Javier. Si no le podía ayudar yo entonces buscaba alguien para ayudarle. Pasamos las verificaciones sin grandes problemas y logramos entrar en la categoría T1 diesel. Día 31. Jornada de relax El coche estaba ya en el parque cerrado y mi espíritu estaba ya en África. Cenamos en el hotel y como de costumbre la gente hablaba de motores, del turbo o cualquier otra cosa del Dakar.
Día 1. “jour J” como se dice en francés, hoy es el día de la prologo. Hacemos el recorrido andando y tomo nota de lo que me dice Javier con la ayuda de Francis MOYA el mecánico. Repaso todo antes de la salida…….Estoy lista! Y ya el primer día cometo mi primer fallo. Escribí tan pequeño que con las curvas y los saltos no pude leer nada. Después de la especial me rió mucho y me prometo que esto no volverá a ocurrir. Camino de Narbonne Javier aprovecha el “tiempo libre” para enseñarme los últimos detalles del terratrip, y del GPS. Día 2. Narbonne. Cancelan la etapa. Demasiados coches se quedaron atrapados en el barro. Menos mal que la cancelan, a mi el barro no me gusta nada. La idea de una duna de 100 metros me asusta menos que 100 metros de barro.
Día 3. Castellón. Esta noche fue la última en un hotel y una cama antes de mucho tiempo. A partir de ahora me espera la tienda de campaña o la jaima. Yo siempre odie el camping! En fin sabia a lo que iba, para que quejarse. Hoy me tomo el papel de copi muy en serio. Me encanta el recorrido de Castellón y me divierto mucho. Al final del tramo preocupada le pregunto a Javier como lo he hecho y él me contesta muy bien sin pensarlo como si supiera lo que iba a preguntar y que ya tuviera la respuesta preparada. Yo esperaba algo mas pero le conozco y el es así, muy exigente , así que lo pienso un instante y un “muy bien” de Javier no esta tan mal.
Día 4 Hasta 11. Es más de lo mismo. Me levanto 3, 4, 5 ó 6 de la mañana, da lo mismo somos ya medio robots. Desayunamos y nos vamos. Luego por la noche , llegamos al bivouac montamos la tienda, cenamos, preparo el road book del día siguiente y me acuesto. Claro que cada día tiene algo especial , un paisaje diferente o un olor propio pero no hay tiempo para fijar una imagen o un sentimiento. Me acuerdo en cambio de todas las veces que nos quedamos en la arena, de si era blanca o amarilla , blanda o mojada. Antes me hubiera acordado de una cara, una casa o un paisaje, pero las cosas cambian y lo importante era sacar más arena bajo el cubre-carter y las ruedas, no hay tiempo para otra cosa. El otro recuerdo que tengo es el de lavarme durante una semana solamente con toallitas húmedas para bebé! No es un mal recuerdo pero desde entonces no quiero saber nada de toallitas, utilicé tantas durante el Dakar que oler una ahora me produce cierta repulsión a ese olor.
Tidjika-Nema fue la etapa más dura. Al llegar a Nema pensábamos descansar ya que las etapas siguientes estaban canceladas, pero nada de esto ocurrió, después de pasar 20 horas en el coche entre dunas y piedras llegamos al bivouac a la mañana siguiente y no queda casi nada (tampoco estaba el bivouac!). Teníamos que irnos a Bamako, habían remplazado las etapas por dos enlaces de 924 y 531 km, nos quedaba mínimo 15 horas para llegar!!! No hablo del sueño ni del hambre…. hay que seguir. Por fin podía mirar el paisaje ya que no tenía que seguir un road book. Deseaba llegar a la jornada de descanso para disfrutar un poco de la gente y pasear entre las calles típicas de Bobo. Pero otra vez nada de esto. Después de dos largos días de enlaces llegamos a Bobo-Dioulasso y al día siguiente a las 9h de la mañana ya estábamos con el coche para reparar o cambiar lo que hacía falta. Así hasta la noche. No aprendí tanto de mecánica en toda mi vida que durante este día!
Día 13. Bobo- Bamako. Hoy día de pista “laterite”. Es una tierra roja muy fina, la comparan mucho con la tierra de Rolland Garros. Lo bueno es que hoy no hay que sacar las planchas y lo malo es que es muy difícil adelantar otro coche por culpa del polvo que levanta. Pero empezamos muy bien, estábamos los dos muy concentrados, yo casi no levantaba los ojos del terratrip mientras Javier adelantaba los coches y evitaba los problemas que le cantaba cuando a 40 km de la llegada se paró de repente el coche sin ruido ni humo. Supongo que en aquel momento Javier hubiera preferido tener un mecánico como copiloto. Otra vez me siento frustrada lo único que puedo hacer es levantar los brazos y avisar a los coches de detrás para evitar colisionar con nosotros. Me prometí no volver al Dakar sin saber algo más de mecánica. Después de media hora nos vamos de nuevo, era un problema con el cable de masa de batería a carrocería. Esto era solamente el principio de los problemas. Mañana iba a ser peor.
Día 14,15 y 16. En realidad estos tres días son en realidad 1 solo y largo día. A 40 Km de la salida rompemos el carter. En poco tiempo perdimos todo el aceite. Javier reparaba mientras yo intentaba conseguir aceite parando los camiones. El camión de la guardia civil fue muy generoso y nos dejo 8 litros de este líquido vital para el coche. Después de una hora estábamos de nuevo en camino de Ayoun el Atrous. Durante esta etapa pinchamos y nos quedamos en la arena no sé cuantas veces. Aquel día tenía delante de los ojos la lista de los coches que también estaba en nuestra categoría. Estábamos en el cuarto puesto, después del último puesto creo que es el peor para un deportista, por lo menos para mí lo era. Poco tiempo después de nuestro problema con el carter vemos el número dos de mi lista con la tienda montada esperando al camión escoba. En un instante olvidamos todos los problemas somos los terceros! Más tarde es el número 3 que se daba la vuelta, había roto el turbo y nos dejaba subir a la segunda posición del podio. Ahora había que asegurar la carrera e ir lentamente. La noche llego muy rápido y llegábamos a las últimas dunas. Todo el mundo daba la vuelta las dunas eran “infranqueables”. No era posible, no podíamos perder así, además teniendo el pódium asegurado.
Con la ayuda de los canarios Galán y Adolfo (n°325) y del track (otra bonita función del GPS) salimos de allí rodeando las dunas. Una hora más tarde del cansancio Javier tropezó contra una piedra y rompimos el trapecio delantero derecho!! Todo esto no podía terminarse así, tantos preparativos tantos sacrificios para esto!! Javier intento reparar. Yo me sentaba a su lado para que pudiera apoyar su cabeza y al ritmo de sus palabras le pasaba las herramientas que necesitaba. No sé cuantas horas pasamos allí 6 ó 7, pero fueron las más largas de mi vida. En fin después de varios intentos y cinchas rotas lo conseguimos. 200 km y 10 horas más tarde llegamos al bivouac donde nos dicen que tenemos que salir ahora mismo! Otra vez no hay tiempo ni para descansar ni para comer, solamente tenemos tiempo de coger el trapecio que los Galán (otra vez) tenía de repuesto. 500 metros después de la salida de la especial paramos otra vez para cambiar el trapecio. Otra vez lo mismo. Durante hora y media repetimos los mismos gestos que habíamos hecho toda la noche bajo la mirada de un lugareño que parecía vigilar si lo hacíamos bien.
Este día estábamos tan cansados que los ojos se cerraban solos. Yo solamente cantaba los peligros más importante del road book mientras Javier intentaba no alejarse de las roderas. Pensar era un esfuerzo demasiado complicado y abrir los ojos lo era aún más. Después de tantas horas sin comer ni dormir sólo quería cerrar los ojos y olvidarlo todo hasta ducharme y cambiarme de ropa. Llegamos a Dakar 4 horas más tarde. La prueba de mañana no me importaba. Para mí ya habíamos terminado. Pero estaba tan cansada que no pude disfrutar realmente. Ahora, años después de todo esto tengo la cabeza llena de bonitas imágenes, de paisajes maravillosos, como si mi cerebro hubiera sacado fotos de todo esto para que pudiera disfrutar de ellas más tarde y si alguien me dice que mañana hay que volver yo le contestaría que mi maleta ya esta lista.