EL MITSUBISHI. El mejor, el que permanece imbatido, el que compitió en África, el que gano un Dakar donde hay que ganarlo, el que le gustaría tener a muchos aun hoy en día, porque sigue siendo competitivo. Aquí esta. Lo hemos probado. EDICION EN PAPEL EN LA REVISTA AUTOAVENTURA4X4 Mitsibishi ha sido la marca más laureada del Dakar. La carrera africana por excelencia. Acumula en este continente muchas victorias absolutas, de etapa y de categorías inferiores. Ha tenido multitud de privados compitiendo con su producto y ha tenido estructura oficial a lo largo de los años. La reglamentación animo a otros fabricantes a trabajar en prototipos diesel en detrimento de los de gasolina que tenia a este Montero como punta de lanza. En concreto, esta unidad de MPR12 es la sexta construida. Exclusiva como todos sus hermanos pero con un palmarés y una historia peculiar. Quienes lo vivieron lo recordaran con sana nostalgia, quienes no llegaron, tiene en estas páginas la posibilidad de acercarse a él. TECNICAMENTE INSUPERABLE. El responsable técnico Thierry Viardot, sabía a lo que jugaba, por lo que se trabajo desde el principio para construir un vehículo realmente competitivo. El núcleo del coche es una estructura multitubular de aluminio aeronáutico, sobre el que se fueron acoplando las piezas necesarias en fibra de carbono muchas de ellas con estructura de nido de abeja, técnica heredada de la Formula 1, para completar interior y carrocería. La suspensión es independiente en ambos trenes, por supuesto doble y de última generación de la marca Bos de veinticinco centímetros de recorrido libre. Los ejes delantero y trasero, llevan bloqueos en los diferenciales que son X-Trak, el cambio es una caja Ricardo con bloqueo de diferencial central, de tipo secuencial para la inserción de las marchas y con activación mecánica. El propulsor es derivado del Mivec de seis cilindros de 3977 c.c. y 24 válvulas DOCH. La inyección es una ECI multipunto. La potencia se cifraba (las bridas F.I.A. lo capaban) en 270 c.v. y 42 kg/m de par. El tema del consumo se solucionaba con un depósito de 500 litros, que permitía una autonomía superior a los 800 kilómetros. Para pararlo en ambos trenes se montaron discos Brembo de seis pistones, para rodar llantas de aleación 7×16, con neumáticos 235-85/16. El peso sin fluidos alcanzaba los 1825 kilogramos. La medidas son en centímetros, largo/ancho/ son respectivamente, 422,2/197,8 la batalla 277,5 y las vías delantera/trasera 175/175,5. Estas son en líneas generales las características mecánicas de los MPR12. Lo mejor y lo más probado del momento. LABOR METICULOSA Y PACIENTE. El coche una vez conocida su existencia y localización llamo la atención del actual propietario. Esté se desplazo para intentar adquirirlo. Estaba en la sede del equipo oficial, un antiguo concesionario Mitsubishi en Francia, no estaba en orden de marcha ya que se habían “canibalizado” algunas piezas vitales, para otros coches del equipo. Esta circunstancia no detuvo el cambio de dueño y en el paquete se incluyó el MPR10/2 del Dakar 2005 que sin interior, motor cambio y diferenciales, se encontraba con cristales tintados para que el equipo llevara a cabo presentaciones y exhibiciones. También fueron adquiridas las pocas piezas de recambio del modelo que quedaban en la cada vez más desolada sede de Mitsubishi Motors. Una vez en el domicilio del nuevo dueño, comenzó una titánica labor de ultimar lo necesario para que volviera a rodar y en condiciones. Piezas a medida, paso por el taller y la adquisición de una caja de cambios que estaba en manos del piloto brasileño Spinelli (se había quedado con otra unidad del equipo para seguir haciéndola correr), devolvieron al Montero a la vida. Fueron muchos meses de trabajo y espera, con disgustos por la tardanza, y angustias porque todo quedara bien. Finalmente, llegó el día en el que todo estuvo listo, para satisfacción de los interesados que son muchos y muy entendidos. A BORDO, EXPERIENCIA UNICA. Llevo catorce temporadas probando coches de carreras para la revista y he de decir con todos mis respetos y agradecimiento para lo que dé he tenido la ocasión de disfrutar, que este coche se lleva la palma. Me llevo mi tiempo contemplarlo, que no verlo, y disfrutar con uno de los 4×4 más atractivos, efectivos y legendarios de la historia. Está en perfecto estado y tan solo una ligera decoloración, del naranja fosforescente de la zona del techo, hacen notar que el tiempo ha pasado. Ese naranja era complicado de plasmar, sobre todo en las llantas, que de ese color solo se montaban en parques cerrados, ceremonias de salida, de podio y prólogos espectáculo. Recuerdo perfectamente las palabras de Javier Inclán, en aquella época responsable dentro de la compañía petrolera española que patrocinaba a Mitsubishi de todos los temas del equipo de carreras, “pintar las llantas de naranja es proporcionalmente lo más caro del coche y se descascarillan con mirarlas”. Una vez sustituidas por otras sin pintar, (las naranjas solo están puestas cuando el coche no rueda), lo sacan del garaje donde habitualmente reposa. A la luz de día es aun más impresionante. Por línea y sobre todo por decoración es inconfundible. Ángulos característicos extraordinarios, ausencia de salientes o protuberancias y pinta de poder pasar por cualquier sitio saltan a la vista. Necesitaríamos, no un reportaje, sino una revista entera para relacionar todos los detalles del interior, tanto del propio coche, su funcionamiento y mantenimiento, como para con los ocupantes. Todos los huecos están ocupados con compartimentos, para pequeño repuesto y efectos personales de los deportistas, con total facilidad de uso y una terminación exquisita y sobre todo que no dará problemas de robustez o de ruidos o movimientos no deseados en carrera. El salpicadero es un autentico laboratorio, lleno de testigos, conmutadores, luces y etiquetas para saber que es cada cosa. Subirse no es fácil, tiene su truco, es necesario encogerse para pasar en el escaso hueco que deja el arco antivuelco. No era la primera vez, ya copilotamos a Peterhansel y a Nani en acciones con la