Y es que un día como este, después de una semana de carrera, quien piense que la jornada de descanso es para hacer turismo, o tumbarse a la bartola, está muy equivocado. Los vehículos deben repasarse completamente por puro protocolo de competición, los fallos y averías subsanarse en la medida de los posible y la lista mental de cosas que uno va pensando que hará “ en cuanto tenga un rato”, tiene que cumplimentarse. Hay que intentar en la medida de lo posible afrontar la segunda parte de la prueba en las mejores condiciones físicas, mentales y materiales. La edición 2020 de la carrera ha mejorado como escenario respecto de su fase sudamericana. Hay más espacios abiertos, mas fuera de pista, más arena, mayores distancias en las especiales, algo menos de enlaces, menos horas de luz, mayor diferencia de temperatura a lo largo del día, mayor velocidad de circulación para las asistencias por carretera… David Casterá responsable del recorrido, ha conseguido dar un empujón a mejor y se nota que se acaba de bajar de un coche de carreras, ya que su obsesión por igualar las condiciones de los participantes se mantiene muy presente. El nuevo rutometro que la mitad de los días se entrega justo antes de entrar en el control horario de salida, ha reducido la importancia de los cartógrafos que eran capaces de “ver” la etapa horas antes de su celebración. Se mantiene la diferencia de clases en el vivac, teniendo los pudientes cómodas auto caravanas, estando el pueblo llano abrazado a la tienda de campaña. Un recorrido a la imagen y semejanza de los buenos africanos impedidora llegar coches de asfalto a los finales de etapa y hacer algunos enlaces, pero haría que buenos T-5 como camiones de asistencia tuvieran en la caja de carga una autentica suite, algo que seguiría vetado por costo para los privados. La clasificación por arriba, vuelve a sentar la duda del vehículo favorito. O el 4×4 convencional que mantiene siempre tracción o el 4×2, al que el reglamento permite entre otras cosas mayores recorridos de suspensión, neumáticos más grandes y sistema automático de auto inflado. En el segundo caso, Carlos Sainz-Lucas Cruz son el mejor ejemplo de apuesta por el buggie. Van primeros y en el cuerpo a cuerpo se han mostrado superiores, no solo a los todo terrenos sino a los modelos como el suyo, con una punta de velocidad imposible de seguir para sus rivales. Cruz, aporta la seguridad, profesionalidad y eficacia para que el madrileño sea líder, en una coyuntura en la que el asiento de la derecha tiene más importancia que nunca. El mejor de los nuestros en 4×4 es Alex Haro, que navega al sudafricano Giniel de Villiers. Son séptimos en la tabla y parecen lejos de poder subir puestos en la general, pero la segunda semana reserva sorpresas y siguen siendo el valor seguro del equipo Toyota. En este equipo, debutó en la carrera Fernando Alonso, con Marc Coma en el asiento de la derecha. Todo normal. En la segunda etapa tuvo un mal día y perdió mucho tiempo, pero esta a diario entre los diez primeros. Ese sería su sitio natural pero deberá remontar y esperar acontecimientos desde su decimosexto lugar en la tabla. El paquete de privados con posibles, tiene como mejor clasificado al Ssangyong de Oscar Fuertes-Diego Vallejo, el mejor parado en tiempos de estos primeros días. Debe mejorar y estar en la meta final en el top 20. Mismo caso de quienes le siguen, el Borgward de Nani Roma-Daniel Oliveras, que esta incomprensiblemente tres puestos más atrás, penalizado por pequeñas averías y la mayor colección de pinchazos conocida, (remontando, al final de carrera estarán en un puesto más natural), Isidre Esteve-Txema Villalobos con su Sodicars 4×4, Jesus Calleja-Jaume Aregall con una Toyota Hilux, Cristina Gutiérrez-Pablo Huete, Conduciendo su Mitsubishi Eclipse Cross y los Plaza con el Sodicars 4×2 nos deben, se deben una segunda fase de carrera al ataque para mejorar sus clasificaciones y alcanzar el puesto que merecen. Estos últimos acumulan una fuerte penalización que les ha hundido muchos puestos en la tabla. El resto de equipos en carrera, solo piensan en acabarla y entrar en clasificación por muy atrás que estén. En buggies ligeros, José Antonio Hinojo-Diego Ortega, están siendo verdaderos protagonistas de la categoría, han llegado a ser líderes y ahora ocupan el cuarto puesto de la general, con posibilidades no solo de podio sino de victoria si sus rivales al igual que ellos tienen un día malo. Chus Puras-Xavi Blanco, están también haciéndolo muy bien. Se han abonado al noveno puesto de la tabla acumulada, dando el piloto cántabro muestras de que para nada se le ha olvidado pilotar. Un puesto más atrás esta el líder del equipo FN Speed, retrasado por una avería en la dirección uno de los días, pero dispuesto a subir peldaños de aquí al final. Su asistencia rápida, Juan Miguel Fidel-Juan Silva, tuvieron una segunda etapa mala, y perdieron muchos puestos, pero siguen con su cometido. Gerard Farres-Armand Monleón, se las prometían muy felices, pero las averías y sobre todo los pinchazos les han hundido. Ganar etapas (ya llevan dos), les consolará en la medida de lo posible. José Luis Peña-Rafael Tornabell, que utilizan un Polaris en vez del resto, todos a bordo de Can Am, van haciendo etapas sin descolgarse. Están entre los treinta primeros pero deberán subir en la general. El resto de españoles, hará lo posible por llegar a la meta dentro de una semana. Albert Llovera-Ferran Marco-Marc Torres, son los mejores de entre los “grandes”, decimocuartos, Entre los veinte primeros, Jordi Juvanteny-José Luis Criado-Xavier Domenech, quienes hoy han tenido tiempo para repartir material a una ONG local procedente de una de Barcelona que se dedica a las personas con discapacidad psíquica. Mención aparte merece la denominada Experience, cajón de sastre donde van a parar los que se retiran. La organización les da tiempo de salida y la misma cobertura personal, sanitaria y de seguridad que a