Arrancó por fin el Mundial con la carrera de casa, con extraordinaria inscripción en calidad y cantidad y cinco días de competición. Deportistas implicados en la e Xtreme y proyectos deportivos de futuro, engordaron unas filas ya de por sí importantes aun a sabiendas que seguir este certamen lo harán solo bolsillos blindados. Paradójicamente, la organización repasó y arregló algunas partes del recorrido ¡antes! de la carrera, lo que permitía a los participantes llevar un ritmo de rally total. La disciplina cada vez se aleja más de su filosofía original de recorridos todo terreno. Baste un dato de entre los 120 inscritos, no había ni un solo coche de serie. La caravana se reduce a prototipos de todo nivel y buggies ligeros también de diferentes capacidades prestacionales. El esquema de competición se basaba en una prologo de ocho kilómetros y cuatro etapas, de alrededor de trescientos kilómetros, todas ellas a disputar tras la caravana de casi cien motos que tenían su propia batalla. El primer día, los coches más rápidos alcanzaron a las motos más lentas, no pudiéndose correr la especial entera. Para evitar que se repitiera, la salida de los de cuatro ruedas se atrasó media hora el resto de días para evitar alcances. La caravana salía con tres minutos de diferencia para los diez primeros, del diez al veinte, dos minutos y el resto a minuto, lo que hacía poder ver vehículos durante casi tres horas al principio de las especiales, estirándose ese tiempo con el paso de los kilómetros. La climatología fue benigna con altas temperaturas y el polvo como protagonista, lo que dificultó alguna que otra maniobra de adelantamiento. Carrera al sprint. Toma y daca continúo de los árabes Al Attiyahy Al Rhaji, contra la pareja Sainz-Cruz. Las diferencias fueron mínimas durante los días de competición, supeditadas casi siempre al orden de salida que permitía si se alcanzaba al predecesor recuperar algunos minutos. Nasser llego con casi tres minutos de diferencia a la meta final, aunque una postrera penalización por recortar en una horquilla del recorrido, dejo su victoria en mínima diferencia. Nasser al que copilotó como siempre el francés Baumel, participó con la Hilux que usara Chabot en el Dakar, por defender su título en la carrera. Sainz-Cruz, se estrenaban a bordo de un Mini 4×4 con tan solo un par de días de test, y consiguieron rápidamente ser competitivos. La misión del piloto de mantener el tono de competición, está conseguida. AL Rajhi-Von Zitzewitz, cerraron el podio a algo de distancia de los dos primeros pero espectacular y sin perder opciones de mejora en todo momento. A algo más de distancia se clasifico la Hilux de Erik Van Loon-Sebastien Delaunay, quienes a buen seguro pensaron más en el certamen, ya que los tres tenores entre otros, tienen programas de competición específicos y no parece que vayan a seguir la Copa del Mundo al pie de la letra. Su cuarto puesto les permite sumar los primeros puntos. El primer dos ruedas motrices, también vino a hacer deberes. El sueco Mattias Ekstrom, copilotado por su compatriota Emil Bergkvist, tomó la salida a bordo del buggie de Mini, el que normalmente han utilizado Sainz y Peterhansel, para hacerse a la especialidad y el tipo de coche, cara a su participación con Audi en el próximo Dakar árabe. Lo hizo muy bien y mejoró cada día, siendo su sexto puesto absoluto una buena recompensa. El mejor buggie ligero dentro de la categoría de preparados, fue para Cristina Gutiérrez, a la que copilotó el francés Francoise Cazalet. Rivales y compañeros de equipo fueron más rápidos durante la carrera, pero la que se impuso fue la burgalesa, mezclándose con los mejores prototipos acabando séptima absoluta. Un lugar más atrás, llego Laia Sanz, con Daniel Oliveras en el asiento de la derecha. Su misión era hacer kilómetros con el Mini 4×4, y lo hizo muy bien, ya que tras un comienzo dubitativo mejoró día a día su actuación consiguiendo un brillante octavo puesto absoluto en la meta final. El mejor buggie ligero de serie fue el Can Am del norteamericano Austin Jones, al que copilotaba el brasileño Gustavo Gugelmin clasificados finalmente duodécimos. Santiago Carnicer-Guifré Pujol, fueron decimo cuartos con su Ford Ranger, haciendo kilómetros y metiéndose en la pelea por intentar entrar en el “top ten” de los coches. Por desgranar los clasificados de los nuestros entre los treinta primeros, Fernando Álvarez-Antonio Gimeno se clasificaron con su Can Am en el puesto vigésimo quinto. Con idéntica montura, Alfredo Rubio- Luis Benedicto, se colocaron dos puestos más atrás, precediendo a José María Naranjo-José Antonio Álvarez, quienes sufrieron para mantener el resultado llegando al final de una de las especiales rodando tan solo sobre tres ruedas. Se convocó una categoría Open, para vehículos fuera de la reglamentación F.I.A. en la que los mejores de los de casa fueron Rubén Maña- Sergio Mateo, a bordo de un Can Am. En próximas jornadas haremos una crónica con un seguimiento más detallado de los equipos españoles.