El pasado Dakar estrenó la categoría Classic, algo que tras su celebración ha creado todo un tsunami de interesados que quieren participar en la categoría dando vida a vehículos olvidados o complicando la vida a los interesados con preparaciones con modelos con un par de décadas encima. Del grupo de españoles, este Toyota, quedo cuarto absoluto de la general y segundo de los nuestros, pero lo que no hay quien le quite es el merito no solo de ser el primero en ganar una etapa, sino de hacerlo dos jornadas. Vamos a conocerlo. Piloto novato, ¿o no? Lo primero es saber quién está detrás del volante. Kilian Revuelta, es un empresario con experiencia en competición en motos pero nula en coches y participó en la carrera árabe con Oscar Sánchez en el asiento de la derecha. Lo mejor, su enfoque: “Fue un acierto correr esta primera edición. Creo que por la situación desconocida, tuvimos buena repercusión y un trato/exigencia por parte de la organización muy bueno. Éramos pocos coches, se nos controlaba bien y en cierto modo éramos toda una apuesta de futuro. A partir de ahora, que los inscritos parecen haber crecido de forma exponencial y lo que es mejor se augura un futuro de mucha gente interesada, desde la organización desde luego que no van a actuar como este primer año, así que elegimos bien el momento”. Para la próxima edición, el navegante será Mariano de Quadros. El coche es un Toyota corto, ya preparado y con un historial de carreras encima. Para la cita árabe, se actualizó y tras la misma, el piloto puso en manos del preparador madrileño Deyscom, el desarrollo del mismo cara a la edición 2022, con dos premisas claras: mejora de la refrigeración y ganancia en anchura. Para la primera circunstancia, se han mejorado la calidad y el tamaño de los radiadores, amén de optimizar todas las canalizaciones. Para la segunda, en el tren delantero se han instalado unos trapecios Total Chaos, que aumentan la anchura del tren. En el trasero, el eje se ha sustituido por uno de Toyota HDJ 100, que hace también ganar en anchura. En ambos casos la suspensión que tenía el vehículo, se ha sustituido por un conjunto King de última generación. Con todas las modificaciones instaladas y listas para ser estrenadas, nos acercamos a la jornada que el equipo puso en marcha para ver que todo estaba bien. A primera vista destacan los aletines que ha sido necesario instalar para tapar las ruedas, ya que el aumento de altura, las dejaba varios centímetros fuera de la carrocería. El coche es clásico en todo, ya que mantiene el salpicadero de origen y tan solo los elementos de seguridad y navegación, la ausencia de moqueta y las bolsas de red de las puertas para poder guardar más cosas, lo diferencian de uno de serie. La zona de carga, está bien aprovechada con las ruedas de repuesto en posición vertical. Hay espacio para un cajón con repuestos, herramienta y bolsas con enseres personales. El portón, alberga las planchas de desatasco, y pulpos y cuerdas para reparaciones de “emergencia”, y es que en este tipo de carreras una solución rápida, nos puede permitir seguir en carrera. En marcha, buen compromiso. Estamos en las instalaciones de Masía Pelarda. Kilian está encima de todo, controlando cada detalle y cada cosa que se hace. Es el primero en subirse para comprobar que todo funciona correctamente. Los parones son largos, no en vano están partiendo prácticamente de cero con las nuevas medidas y la amortiguación recién instalada. Lo más importante, el coche ha mejorado, el piloto ha ganado en confianza y lo que es mejor, ni rastro de calentamiento. Se toma su tiempo para descubrirnos como va todo. Subirnos no es difícil, el piloto tiene talla de pívot de la NBA y nos es cómodo situarnos. Nos Acompaña. En tiempos de tanto prototipo y buggie, recuperar las sensaciones de un todo terreno de verdad, preparado para competir, son de los más placentero. Volvemos a vivir lo que es rodar con el centro de gravedad alto, mayores inercias y masas, y recordar eternamente la sentencia de Salvador Servia: “Un coche corto es como una bola y uno largo como una bala”. Todo muy progresivo y previsible, la amortiguación se encarga de que no se noten las irregularidades, eso sí, si vamos a buen ritmo, ya que despacio este coche lo nota todo. En unos tiempos en los que parecían en vías de extinción, el Dakar Classic ( y más pruebas que contemplan a los todo terreno veteranos), ha conseguido que la verdad salga a la luz y que un buen número de competidores, quieren que la disciplina se mantenga lo más próximo posible a sus orígenes.